El islam moderno

Me gustaría escribir sobre el islam moderno. Descartemos si es posible el islam reaccionario y dogmático, el que esta basado en las verdades infalibles de una autoridad, y en el que la controversia se resuelve mediante los puntos que otorga estar con la autoridad o cerca de ella. A pesar de que su base es falaz es cierto que incluso ese islam está abierto a debatir de cualquier cosa, ya que busca regular desde la religión todos los aspectos de nuestra vida, desde el sexo anal hasta el número de cocos que puede cargar una golondrina africana. Y si bien debate por medio de discursos medievales citando autoridades medievales, algo que puede suscitarnos tanto interés como el que produce una almáciga a una sepia muerta, en ese islam también existe una importante controversia e infinidad de flames que pasan inadvertidos porque involucrarse en ellos requiere tener la mentalidad de Tiglatpileser III y trabajar con una cadena de autoridades que comienza en un dios y se enreda a lo largo de un montoncito de profetas y eruditos que escribieron sobre las cosas de la vida sin saber de la existencia de América o las galaxias.

El magister dixit teológico también imperaba en occidente cuando los teólogos se arrojaban unos a otros a la hoguera. En aquel entonces se calzaba la filosofía o la ciencia como buenamente se podía desde las figuras y los escritos de antiguas autoridades religiosas. El argumento de autoridad basado en personajes venerables, poderosas figuras celestiales y emocionantes relatos legendarios era la base intelectual y moral del mundo que antecedió a la modernidad y es la base del islam antiguo y del actual. El islam más avanzado consiste en eruditos que eliminan hadices o interpretan el contenido del Coran para que parezca menos medieval. Pero de ese modo no obtenemos razones basadas en experiencias contemporaneas, en la ciencia y en el contraste crítico de ideas de distintas procedencias, es más como un juego de cartas de fantasía donde para ganar hay que conseguir los naipes que nos otorguen puntos de poder. Todo está estropeado por la misma falacia que ocasiona que aunque seas un erudito islámico con buenas razones no te quede otra que ceñirte al juego y respetar la cadena de autoridad. Al final todas las versiones del islam actuales nos llevan hacia un lugar donde cualquier aspecto de la vida es regulado por especialistas en una enciclopedia escrita por gente que ignoraba lo que era una bicicleta.

Por Internet nos encontramos con frecuencia una versión del islam que es como Dubái, luce nuevo, pero no es moderno, su forma de escribir es actual y sus textos parecen tan recientes como los de cualquier otra ideología porque las páginas web no amarillean, con lo que da la impresión de que existe un islam por lo menos modernoide. Entre sus interpretaciones más vanguardistas podemos encontrar cosas como que la poliginia es aceptable sólo si tu economía puede sostener dignamente a esposas e hijos (¿la poliandria? un estepicursor rodando por esas páginas), que no hay que ocultar a la señora dentro de un burka, sólo esperar que vaya tapadita por cuestión de decoro (¿y el hombre?, ya tal), que no había que atizar a la esposa si no, como mucho, ponerla en su sitio soltándole unas voces, que el criterio de la mujer en realidad vale lo mismo que el del hombre (mientras a la mujer no se le ocurra hacer de imán), o que la mujer está por debajo del hombre, pero sólo en deberes, porque éste se encuentra por encima, para poder cuidar de ella (pobrecita). Y lo que pasa es que la umma ha estado creyendo interpretaciones equivocadas durante catorce siglos ¡buen trabajo Alá!.

No existe un nuevo islam que sea moderno, el islam más importante y más novedoso (el wahabí) es uno de los peores de toda la historia y deja las anteriores interpretaciones del islam vanguardista a la altura de delirios de libertinos. Y aun así dentro de lo malo que es creerse las cosas porque las dicen personajes celestiales o youtubers guapos el problema no es tanto de inerrabilidad, porque hasta en el peor islam hay controversias. Podemos crear un Islam amoroso, tolerante e igualitario haciendo un buen montón de interpretaciones originales con el Corán y seleccionando los mejores textos de antiguos sabios, y tendríamos a musulmanes satisfechos con el resultado, de la misma forma que tenemos a católicos contentos con un poco de catecismo, e igual que por todo el mundo aumenta el número de canis islámicos que se inmolan con escasa doctrina. Lo que ocurre, y ahí radica el descalabro de nuestra civilización, es que las peores versiones del islam están muy bien construidas para millones de mentalidades arcaicas y castas de abusones que necesitan un sistema social dogmático, violento, injusto y si: heteropatriarcal.