Hace unos días salió la noticia de que algunas de las grandes empresas españolas están reduciendo los días de teletrabajo. Lógicamente la mayoría de la gente protestaba por esta decisión porque permite mayor calidad de vida y conciliación familiar. Siendo neutral, y desde el punto de vista macroeconómico y buscando el bien común, lo mas razonable es promover esta modalidad laboral.
A medida de que va subiendo de precio la gasolina, nuestro salario es el mismo, y el resultado es que contamos con menos dinero a final de mes. Si la empresa nos obliga a volver a la oficina es como si nos bajara el sueldo y nos hiciera trabajar más, por el tiempo de transporte y tener que comer allí, en bares o similar.
¿Por qué tiene que pagar el trabajador con su tiempo y su dinero el transporte?
La empresa ha contratado a un trabajador que vive lejos porque es más conveniente que otros que viven más cerca. Sin embargo, ese beneficio extra que obtiene por ese trabajador más cualificado no se lo está bonificando de ningún modo. Simplemente se han aprovechado de “si no vienes tú, hay 3 millones esperando” (que en realidad es una falacia).
Desde el punto de vista del empleado, ese tiempo, que pueden llegar a ser 4 horas al día, no es tiempo libre ni de ocio, sino que algo incómodo y molesto a lo que le obliga la empresa a hacer para poder prestar sus servicios.
Por lo tanto, ese tiempo y coste de desplazamiento debería ser bonificado por la empresa. Las que no quisieran, podrían contratar a gente que viviera más cerca. Además de eso las empresas deberían de pagar un impuesto adicional por la contaminación causada por el trabajador en contra de su voluntad. Con estas medidas se verían mejorados varios problemas:
1) El bienestar de los ciudadanos y su economía: conciliación familiar, tiempo de descanso, reducción de estrés, más dinero a fin de mes, etc.
2) El medioambiente, debido a que en este caso muchas empresas sí darían la opción de teletrabajar o contratarían a personas que vivieran cerca. Se reducirían las emisiones contaminantes causadas por los desplazamientos. En caso de trabajar lejos, se le bonificaría, y al menos tendría más poder adquisitivo.
3) Los atascos y contaminación acústica.
4) Mejora de la productividad, al tener trabajadores en mejores condiciones. Habría menos bajas, menos accidentes causados por fatiga y estrés, mayor satisfacción, condición física, y por lo tanto un mejor aporte a las necesidades de la empresa.
En definitiva, lo que perderían los empresarios pagando por el tiempo de transporte y su coste asociado, lo ganarían con una mejor productividad de los empleados y menos bajas, por lo que no saldrían perjudicadas, sino beneficiadas.
Por otra parte, los trabajadores tendrían mucha más calidad de vida que ahora.
Y por último los beneficios al medioambiente, que es algo más importante de lo que parece.
A nivel global supondría una mejora en la economía, al gastar menos en importaciones de combustibles fósiles, mejora del poder adquisitivo de los ciudadanos y menor gasto sanitario derivado de las bajas laborales