No ha salido en la prensa,pero por lo que se, ha sido en toda España.
Se han llevado todas las flores de CBD para, según ellos, buscar substancias ilegales
Voy a hablar de una situación que para mí es un claro fraude permitido, y que por lo que voy descubriendo, parece afectar a mucha gente con un denominador común: la gente no entiende las facturas de luz y gas, o simplemente no se quieren romper la cabeza con ésto.
El problema está con estas Tarifas de “Mercado Libre” que afectan a tanto a gas como a electricidad, aunque donde me estoy encontrando una situación más que descarada es en los precios del gas. Entiendo que la gente, como no entiende bien el tema acaban fiándose del pesado comercial que llama por teléfono prometiendo que pagarás menos, sin entender de qué se trata, y (oh! Casualidad!) acaban pagando mucho más.
Mi caso es que, tras coger un piso de alquiler con contrato de luz y gas en vigor, me doy cuenta de que están pagando de más por el gas (0,0577€/kWh), y que la factura dice, en letra muy pequeña, que a partir del siguiente mes (las tarifas del mercado libre se renuevan cada año) vamos a pagar todavía más! A 0,0666 €/kWh! Un 60% por encima de la Tarifa Regulada (0,04127554 €/kWh)! 400€ más cada año! A mayores aún estaban pagando 5€ extra cada mes para algo que ya se incluye habitualmente en los seguros de vivienda… XD
Y como suele suceder con estas cosas, cuando consulto con el dueño del piso, me dice que él de eso no entiende, que le pregunte a las chicas de la tienda del gas (no digo la compañía porque creo que en este caso es lo de menos, es una de las grandes). Y es que es muy difícil entender la factura cuando ni tan siquiera sabes lo qué es el kWh [Es la medida de la energía realmente consumida y que permite comparar diferentes combustibles como gas, electricidad, gasoil, … - 0,04€/kWh significa que pagamos 4 céntimos por cada kWh. En un año, un piso con calefacción puede gastar en torno a 15.000 kWh dependiendo del uso y características del piso, eso son 600€ al año en calefacción y agua caliente, a lo que habría que sumar la cuota fija mensual (5-10€/mes), alquiler de contador (irrelevante) y servicios extra contratados].
Pues venga, vamos a preguntar en la compañía. Y qué nos encontramos? MENTIRAS:
- Primero solicitamos eliminar ese pago mensual de 5€ que venden como servicio de reparación de electrodomésticos (o algo parecido). Para qué lo queremos si eso ya lo incluye el seguro del piso? El casero no sabía ni qué era, seguro que él no lo pidió en su día. Incluso en concepto de revisión obligatoria de gas cada 5 años es elevado.
- Miro en internet, en la página de la comercializadora, y veo que aparecen muchas tarifas anunciadas, pero todas del mercado libre. No aparecen las tarifas del mercado regulado, o yo no soy capaz de encontrarlas. Si están obligados a ofrecerlas, por qué en su página no aparecen en el mismo sitio que las demás??? Según me informaron luego en la tienda, resulta que claaaarooo… como son compañías distintas las que ofrecen mercado libre y regulado… qué bien les viene! Pero cuando te llaman por teléfono no son compañías diferentes!
- Luego llamo por teléfono al número que viene en la factura para cambiar la tarifa a “mercado regulado” (a priori es fácil, tengo claro lo que quiero). Como tenemos calefacción, y según los consumos facturados en el último año, nos corresponde la tarifa RL2 (0,0412€/kWh). Peeero claro, era más fácil engañarme, y meterme una que tienen “antigua” en sus propias palabras de mercado libre otra vez a 0,0426€/kWh. Y a pesar de que le pedí que me confirmase por teléfono los precios de la tarifa, aunque sea por poco, me mintieron. Al parecer, como para regulada y mercado libre son compañías distintas, hay que llamar a otro teléfono de atención al cliente. Qué bien les viene tener 2 compañías distintas otra vez!
- Otro día voy a la oficina, porque tampoco me habían pasado todavía el contrato a mi nombre. Cuando le pido que quiero pasar a tarifa regulada (la última factura todavía indica “mercado libre”), me dice que “pero hombre!, no ves que eso te va a salir más caro!”,- insisto, quiero la regulada – “en serio, estás seguro?” – Sí- ,“que la regulada está a 0,08€/kWh”…. Qué! -Pero si lo he consultado yo en internet y es la mitad!- “No, no, es que el último cambio de los peajes…” Perdona, me puedes dar por escrito la regulada y la que me ofreces tú para comparar en casa? “Ah, no, por escrito no te lo puedo dar” ya, claro… y pretendes que me fíe? Pues no, no me fío, lo miro por mi cuenta y tengo muy claro que lo mejor es la tarifa regulada. Quiero esa. --- ACLARACIÓN: La regulada es a 4c€/kWh, me estaban mintiendo descaradamente. Ver BOE: www.boe.es/boe/dias/2021/09/29/pdfs/BOE-A-2021-15778.pdf ---
- A pesar de todas las trabas y mentiras en la oficina, al menos me ponen todo ya a mi nombre, así puedo gestionarlo mejor. Accedo a internet al Área de Cliente para ver lo que tengo contratado. Ahora me aparece otra tarifa de gas “Gas Básica” (no se corresponde con lo que había venido en la última factura!), pero no ponen condiciones. En electricidad es parecido, aparece la tarifa noche y tampoco pone condiciones, pero al menos ésta sí es la misma que tenía antes el casero. En serio no puedo consultar las condiciones de un contrato que supuestamente tengo con la comercializadora???
- Llamo otra vez por teléfono, me quejo de que no puedo ver las condiciones en internet, me dicen que me las mandan por email… la llamada se corta (supongo que es por ser tarde y que se ha acabado el horario de atención al cliente, pero aún así… me dejan a medias). Y claro, varios días después, sigo esperando a que me llegue el email y sigo sin saber qué cojones tengo contratado! La tarifa tampoco la encuentro en internet.
Como más o menos todos habremos comprobado ya, las compañías hacen mucha presión para pasarnos al mercado libre. Por qué será? Se justifican diciendo que ofrecen mejores tarifas, que simplifican la factura, que si gastas más de noche o de día, … La realidad es que, hablando con más gente, la mayoría no sabe muy bien la diferencia entre regulada y mercado libre, no saben lo que es el kWh, los peajes, no saben cuántos kWh gastan al año, … joder! Así es imposible elegir tarifa! Cómo van a saber qué tarifa les conviene?
Cuidado también al cambiar de tarifa, en caso de tener "permanencia" (mercado libre), aunque no fijen una penalización fija, suelen aplicar costes abusivos del doble de lo regulado según el consumo hecho durante la vigencia del contrato. Las reguladas no tienen condiciones de permanencia.
Para mí hay una clave para entender su juego: Estos mercados de electricidad y gas están muy regulados, y el precio de los diferentes conceptos está ya marcado cuando nosotros vamos a mirar tarifas. Nosotros contratamos a las “Comercializadoras” que sólo se encargan de facturar nuestro consumo (bueno, y de inventarse tarifas mágicas y engaños para hacernos pagar más). La materia prima les viene dada, el precio del gas depende mucho de los gobiernos (negociaciones con países como Argelia), y la electricidad se decide en esas subastas en donde toda la electricidad tiene el mismo precio, la comercializadora que nosotros contratamos no tiene capacidad de negociar nada. Y de esos precios que prefijados sale el precio de las tarifas reguladas por el gobierno, a lo que le añaden costes del sistema y un pequeño margen (un margen justo) para las comercializadoras. Por eso cuando consultas comercializadoras “justas”, sus precios casi no varían. Las otras, las grandes, las piratas, obligadas a ofrecer esta tarifa regulada, lo que hacen es tratar de engañarte para quedarse con un margen mayor que el que les corresponde, un margen (1% aprox en variable + 3€/kW o 5€/mes) que no tiene nada que ver con el servicio ya que el producto y el sistema les viene dado. Estas comercializadoras sólo tienen a los teleoperadores (que nos abrasan el teléfono) y se encargan de pasar la factura, no hacen nada más. No se puede considerar justo que por ese concepto nos encarezcan la factura un 50% o más, es un timo en toda regla!
Y todo esto lo podéis poner al cuadrado para la tarifa de la electricidad, cuyo coste varía cada hora de cada día, en diferentes tramos, tanto para el término de consumo como para el de potencia. Aunque es cierto que actualmente en mercado libre anuncian tarifas más bajas que las reguladas, eso sí, si lo hacen pueden estar esperando que el precio acabe bajando, quedándote luego el resto del año de permanencia con un precio alto (ojo condiciones de permanencia).
Se oye a menudo gente (que básicamente estarán a sueldo de estas compañías tramposas) diciendo que las tarifas reguladas son un desastre porque ahora son más caras. En realidad, eso sólo sucede en situaciones muy concretas como ahora con la electricidad: si tu contrato lo firmaste en un momento de precios bajos (como hace aprox 1 año) pero sólo te durará hasta la próxima revisión, en donde te van a subir el precio considerablemente (como está sucediendo ahora).
Conclusión: Si está claro que la gente no quiere (o no puede) romperse la cabeza haciendo complejas simulaciones de su consumo de gas o electricidad, por qué se permite esta política tan agresiva de las compañías? Por qué no se transmite información más clara a los consumidores sobre este tema? Qué necesidad tenemos los clientes, por mucho que sepamos del tema o ganas que tengamos de jugar con complejas hojas de Excel, de pelearnos con las ofertas y las mentiras para ahorrar 20€ arriesgándonos a perder 400€??? O eres capaz de hacer simulaciones de tu consumo para saber qué te interesa (por lo visto fuera del alcance de la mayoría), o el mercado libre no tiene sentido para ti.
Si esto no es un enorme fraude, se le parece mucho, desde luego.
PD: La idea de este artículo es básicamente compartir lo que ya he compartido con los conocidos, cuidado con esta actitud fraudulenta. Si no entiendes al dedillo la factura, si no sabes lo que es el kWh, o si no quieres romperte la cabeza asegúrate de estar en la tarifa regulada (TUR - Tarifa de Último Recurso – para el gas; y PVPC – Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor- para la electricidad). Y la forma de estar seguro es comprobar que en la esquina superior izquierda de la primera página de la factura pone “Mercado Regulado”. Las empresas no buscan regalarte dinero, y quizá la supuesta competitividad en el mercado esté manipulada.
Espero que os sea útil.
En el anterior artículo habíamos concluido mediante un ejemplo sencillo cuál es la definición de capitalismo, que repetimos aquí por su importancia:
Capitalismo es LA ACUMULACIÓN MONOPOLÍSTICA del capital trabajador en la propiedad del capitalista
Y además aprovechamos para añadir otra conclusión secundaria:
Antes de que el capital se convierta en propiedad privada del capitalista, es propiedad PRIVADA de los trabajadores que lo producen.
Que el capitalismo es una acumulación monopolística del capital puede verse en algo tan sencillo como que el 1% capitalista (o rico) de la sociedad mundial acumula en su propiedad más del 80% de la riqueza (o capital).
Algún meneante criticaba que el anterior artículo ofrecía una versión desfasada del capitalismo. El artículo solo pretendía dar un ejemplo ilustrativo, y por eso no le importó enfocarse en los orígenes conceptuales del capitalismo. En cierto modo el meneante tenía razón, pero la versión simplificada del capitalismo dada en el primer artículo se debió a que en otro posterior artículo (este) se discutiría la versión moderna del capitalismo, la deuda.
En este artículo vamos a explicar varias cosas importantes: por qué el capitalismo moderno es deuda, por qué el capitalismo genera desempleo, por qué genera crisis, cómo se aprovecha del Estado del bienestar, y cómo los capitalistas (o ricos) evaden fiscalmente la inmensa mayoría de su riqueza de forma legal.
Y lo vamos a hacer con ejemplos tan sencillos como en el primer artículo. A algunos meneantes les cuesta trabajo entender los ejemplos sencillos en tanto que ejemplos sencillos, así que a quienes no les gusten los ejemplos sencillos pueden simplemente no leerse este artículo.
Volvamos a retomar el ejemplo del primer artículo: supongamos que un trabajador recoge 10 manzanas, y las vende al capitalista a 10 euros (es decir, a 1 euro cada 1 manzana). El trabajador se gana así su salario de 10 euros.
Después el capitalista pone a la venta las manzanas a 5 euros cada 1 manzana, para que el trabajador con sus 10 euros solo pueda comprar 2 manzanas, las 2 manzanas que el trabajador necesita para no morir de hambre y así poder seguir recogiendo manzanas para el capitalista.
De este modo, de las 10 manzanas recogidas por el trabajador, el capitalista se queda con 8 (sin haber trabajado), y el trabajador solo se come 2.
¿Qué hace el capitalista con las 8 manzanas que todavía tiene en su poder? Fácil: se las vende al trabajador. Pero ¿cómo es posible? El trabajador ya se gastó su salario de 10 euros comprando y comiéndose 2 manzanas; no le queda dinero. Estudiemos con más detenimiento esta operación, porque en ella está el germen del capitalismo moderno como deuda.
Supongamos que el trabajador quiere comprar otras 2 manzanas, de las 8 que tiene el capitalista. Pero, como decimos, el trabajador ya no tiene dinero, pues se gastó su salario de 10 euros en las 2 primeras manzanas que compró y se comió.
Lo que hace ahora el capitalista es PRESTAR 10 euros al trabajador para que se pueda comprar otras 2 manzanas.
El trabajador recibe del capitalista los 10 euros prestados, y los utiliza para comprar (y comerse) otras 2 manzanas.
Ahora el capitalista ya solo tiene 6 manzanas (de las 8 que tenía), y el trabajador tiene una deuda con el capitalista por valor de 10 euros.
Supongamos ahora que el trabajador quiere comprar otras 2 manzanas para alimentarse. El capitalista le recuerda que todavía le debe 10 euros.
Para que el trabajador pueda devolver su primer préstamo de 10 euros el capitalista le presta otros 10 euros. Pero además el capitalista presta otros 10 euros al trabajador para que este pueda comprarse otras 2 manzanas. Así que el trabajador ahora ha recibido prestados en total del capitalista 20 euros.
El trabajador utiliza estos 20 euros para, primero, devolver el primer préstamo de 10 euros que tenía con el capitalista, y segundo, comprarse otras 2 manzanas.
Ahora al capitalista ya solo le quedan 4 manzanas, y el trabajador está endeudado con él por 20 euros.
Y este proceso se repite.
Es fácil ver que en la repetición de este proceso hay un germen de crisis, porque cada vez va siendo mayor la deuda del trabajador con el capitalista.
En un primer momento el trabajador quedó endeudado con el capitalista por 10 euros. En un segundo momento el trabajador quedó endeudado con el capitalista por 20 euros, una deuda mayor.
Veamos cómo sigue el proceso.
El capitalista presta al trabajador 20 euros para que pueda pagar su deuda actual de 20 euros, y también le presta otros 10 euros para que se pueda comprar otras 2 manzanas. Así que el trabajador recibe un nuevo préstamo de un total de 30 euros.
Con estos 30 euros el trabajador devuelve el préstamo de 20 euros que tiene con el capitalista, y se compra otras 2 manzanas.
Ahora al capitalista ya solo le quedan 2 manzanas.
Si la deuda del trabajador con el capitalista va siendo cada vez mayor, es fácil entender que llegará un momento final en que la deuda sea tan elevada que el capitalista no acepte ya hacer más préstamos al trabajador, y el trabajador se encontrará con una deuda elevadísima que tendrá muy difícil devolver al capitalista. Este es el momento de crisis del capitalismo moderno.
Aunque no lo parezca, cuando el capitalismo genera crisis está cavando su propia tumba.
Pero ¿por qué querría el trabajador más manzanas que las 2 que pudo comprar inicialmente con su salario de 10 euros? Es posible que el trabajador tenga una familia que alimentar, o simplemente que quiera comer más manzanas para alimentarse mejor y así "aumentar su nivel de vida".
Para alimentar a su familia, mejorar su nivel de vida, etc, el trabajador necesita endeudarse con el capitalista. Es decir, el trabajador necesita "vivir por encima de sus posibilidades".
Al fin y al cabo las 8 manzanas que inicialmente el capitalista le sacó al trabajador eran originariamente capital del trabajador. El trabajador solo quiere recuperar su capital para todos los fines para los que un trabajador produce un capital: alimentar a su familia, tener un mejor nivel de vida, ahorrar para la vejez, ahorrar para afrontar los gastos de una búsqueda de nuevo empleo, ahorrar para afrontar los gastos de formarse y reciclarse, ahorrar para afrontar gastos sanitarios, etc...
El capitalista solo pagó al trabajador un mínimo (salario inicial de 10 euros) para que el trabajador pudiera comerse 2 manzanas y así subsistir para poder seguir recogiendo manzanas para el capitalista (salario de subsistencia). Pero para que el trabajador pueda recuperar todo su capital (o capital-ahorro), producido por él (las otras 8 manzanas), necesita endeudarse con el capitalista.
Podemos pragmáticamente definir "salario de subsistencia" como "aquel salario que no permite a los trabajadores ahorrar, y les obliga a endeudarse con los capitalistas".
Por tanto también podemos establecer que los capitalistas roban a los trabajadores sus ahorros (ahorro-capital), pues no permiten a los trabajadores ahorrar.
Gracias a esta operación el capitalismo moderno hace que los trabajadores necesiten endeudarse para comprar la producción capital que ellos mismos realizaron.
En nuestro sencillo modelo solamente hemos considerado la existencia de un capitalista y un trabajador. Pero el mundo real es más complicado porque hay mucha gente, y las manzanas se pudren transcurrido un tiempo. Así que vamos a necesitar ampliar nuestro modelo.
Supongamos ahora que hay 2 trabajadores en la economía, y un capitalista.
Siguiendo nuestro modelo de arriba, que ahora ampliamos, cada uno de estos dos trabajadores recoge 10 manzanas, y las vende al capitalista a 1 euro cada 1 manzana. Así cada trabajador gana un salario de 10 euros.
Ahora el capitalista fija el precio de las manzanas a 5 euros cada 1 manzana, para que cada trabajador solo pueda comprar 2 manzanas con qué alimentarse y poder seguir recogiendo manzanas para el capitalista. Tras esta compra, al capitalista le quedarán 8 manzanas de cada trabajador (es decir, 16 manzanas en total).
Para poder recuperar el resto del capital que produjeron, ambos trabajadores necesitan endeudarse con el capitalista, siguiendo el proceso de endeudamiento que describimos más arriba. Así, para poder comprar 2 manzanas más, cada trabajador debe pedir un préstamo de 10 euros al capitalista, quedando así endeudado por estos 10 euros. Tras esta compra de 2 manzanas más por cada trabajador al capitalista le quedarán 6 manzanas de cada trabajador (es decir, 12 manzanas en total).
Para poder comprar otras 2 manzanas, ahora el capitalista debe prestar 20 euros a cada trabajador, para que cada uno pueda devolver el préstamo anterior de 10 euros y con los otros 10 euros pueda comprar otras 2 manzanas. Tras esta nueva compra de 2 manzanas por cada trabajador al capitalista le quedarán 4 manzanas de cada trabajador, es decir, 8 manzanas en total.
A continuación el capitalista debe prestar 30 euros a cada trabajador, para que el trabajador pueda devolver el préstamo anterior de 20 euros y con los 10 euros restantes pueda comprarse otras 2 manzanas. Tras esta nueva compra de 2 manzanas por cada trabajador al capitalista ya solo le quedarán 2 manzanas de cada trabajador, es decir, 4 manzanas en total.
A medida que la deuda de los dos trabajadores va creciendo van ocurriendo dos cosas.
Primera, el capitalista es cada vez más reacio a conceder nuevos préstamos a los trabajadores.
Y segunda, las manzanas que todavía quedan en poder del capitalista se van poniendo malas, pues los alimentos poseen fecha de caducidad.
Si el capitalista permite que las manzanas que todavía tiene en su poder se pudran del todo, será una pérdida de riqueza para él. Y el capitalista no está dispuesto a permitir que su riqueza sufra pérdidas.
Supongamos que cuando al capitalista le quedan solo 2 manzanas de cada trabajador, estas manzanas están ya a punto de pudrirse y deben ser vendidas inmediatamente, pero el capitalista ya no prestará próximamente ningún dinero más a ninguno de los trabajadores.
¿A quién puede vender el capitalista las 4 manzanas en total que le quedan de los dos trabajadores? Obviamente ya no las puede vender a nadie, porque el capitalista ya no prestará más dinero a los trabajadores próximamente.
Pero si las manzanas se pudren, el capitalista verá cómo su riqueza se echa a perder, y él no está dispuesto a soportar ninguna pérdida. ¿Qué puede hacer el capitalista para solucionar este problema?
Básicamente, mantener a uno de los dos trabajadores en el desempleo.
Supongamos que el capitalista solo emplea a uno de los dos trabajadores, y al otro lo mantiene en el paro.
El trabajador que está empleado recoge 10 manzanas para el capitalista, y gana por ello un salario de 10 euros, a 1 euro cada 1 manzana. Entonces el capitalista fija precios a 5 euros cada 1 manzana, y el trabajador empleado puede comprar así 2 manzanas para subsistir. Entonces el proceso de endeudamiento arriba descrito se repite para el trabajador empleado: este trabajador se va endeudando con el capitalista por 10 euros, 20 euros, 30 euros... a medida que va comprando más manzanas.
Al final al capitalista ya solo le quedan 2 manzanas del trabajador empleado. Necesita vender estas 2 manzanas porque si no se pudrirán y el capitalista las perderá, pero no se las puede vender al trabajador empleado porque el capitalista ya no prestará más dinero próximamente al trabajador empleado.
¿A quién vende el capitalista estas 2 manzanas que le quedan? Al trabajador desempleado.
Pero ¿cómo puede vendérselas? El trabajador desempleado, al no haber trabajado, no ha ganado ningún salario con que poder comprar manzanas.
¿Qué hace entonces el capitalista? Prestar 10 euros al trabajador desempleado. Así el trabajador desempleado podrá comprar las 2 manzanas que le quedan al capitalista, pero queda endeudado con el capitalista por 10 euros.
El capitalista ha conseguido así transformar toda su riqueza en deuda (de la que es acreedor), y de esta forma puede preservar su riqueza, porque la deuda, a diferencia de los alimentos, no se pudre.
Así que aquí podemos extraer las dos siguientes conclusiones:
Primera: Obsérvese que el capitalista ha necesitado mantener en el desempleo a uno de los dos trabajadores para poder vender todas sus manzanas, transformándolas en deuda (de la que el capitalista es acreedor). Podemos enunciar esto con más generalidad: el capitalismo necesita que exista un porcentaje de desempleo para poder vender toda la producción que roba a los trabajadores que sí están empleados. El desempleo existe porque el capitalismo necesita generarlo.
Segunda, y obvia: el capitalismo hace que los trabajadores que están empleados trabajen para mantenerse a ellos mismos pero también para mantener a los trabajadores que están desempleados.
Del modelo anterior parece que nos queda pendiente una sencilla cuestión: ¿por qué aceptaría el capitalista hacer préstamos a trabajadores desempleados?
La respuesta es que el capitalista nunca aceptaría hacer tal cosa.
Pero en el modelo anterior hemos visto que el capitalista hacía un préstamo de 10 euros al trabajador que estaba desempleado.
En efecto, eso lo introdujimos para completar el modelo. Pero el capitalista se enfrenta a un problema, porque él no desea prestar ningún dinero a trabajadores que están desempleados. El capitalista necesita una seguridad a la hora de hacer préstamos.
Por tanto la cuestión para el capitalista es: ¿cómo puede él hacer préstamos a trabajadores desempleados, pero de una forma que sea segura para él, sin riesgo de impagos?
Aquí es donde el capitalismo inventa el Estado de bienestar.
El negocio del Estado de bienestar consiste en lo siguiente:
El capitalista hace que los trabajadores se constituyan en una sociedad que se denomina "Estado (del bienestar)". El Estado de bienestar es una persona jurídica (la sociedad de los trabajadores) que tendrá poder ejecutivo sobre los trabajadores para obligarles a devolver, de manera solidaria si hace falta, cualquier préstamo que el capitalista haga a los trabajadores.
Veámoslo con nuestro anterior modelo.
Existían 2 trabajadores, mas el capitalista; y el capitalista empleaba a uno de los dos trabajadores, y al otro trabajador lo mantenía desempleado.
Recordemos que se llegó a un punto en que al capitalista ya solo le quedaban 2 manzanas, a punto de pudrirse, que necesitaba venderlas al trabajador que está desempleado, porque el capitalista ya no haría ningún préstamo más al trabajador empleado próximamente.
Para el capitalista es una operación arriesgada hacer un préstamo a un trabajador desempleado. Así que procede de la siguiente manera:
Redacta un documento, que denomina "Constitución", que los trabajadores deben votar favorablemente sí o sí, por el que los trabajadores se constituyen en un Estado. En virtud de esa "Constitución" los trabajadores se obligan a devolver de forma prioritaria, y solidariamente si hace falta, cualquier deuda que el Estado contraiga con el capitalista, y de la que por tanto el capitalista sea acreedor. (En esta "Constitución" el capitalista se autodenomina a sí mismo "los mercados").
Es decir, el Estado así constituido no es más que una garantía que el capitalista se da a sí mismo obligando a los trabajadores a devolver, solidariamente si hace falta, cualquier préstamo que el capitalista les haga.
A continuación el capitalista ya no necesita prestar los 10 euros al trabajador que está desempleado, sino que presta esos 10 euros al Estado constituido. El Estado contrae así una deuda con el capitalista, de la que el capitalista es acreedor, que se denomina "deuda pública".
El Estado dispone así de los 10 euros que el capitalista le ha prestado, en forma de "deuda pública". ¿Qué hace a continuación el Estado? pagar estos 10 euros, en forma de "prestación social", al trabajador que está desempleado (Estado "del bienestar").
El trabajador que está desempleado puede así comprar las 2 manzanas que le quedaban al capitalista por vender, mientras que el "Estado" queda endeudado (en forma de "deuda pública") con el capitalista, una deuda que el Estado debe devolver al capitalista de forma prioritaria, y si es preciso de forma solidaria entre todos los trabajadores y tirando de todos los recursos del Estado. (Sí; esto significa que ni el ordenador con el que estás leyendo ahora mismo este artículo ni la ropa que vistes son tuyos; son del capitalista, y se encuentran sujetos a un régimen hipotecario asociado al cumplimiento de devolución de la actual deuda pública española al capitalista, acreedor de la deuda pública. Si para devolver la deuda pública al capitalista acreedor hace falta, te quedas sin ordenador y desnudo).
Podemos establecer así la siguiente conclusión general: el capitalismo inventa (y necesita) el Estado del bienestar para poder terminar de vender, entre los trabajadores desempleados, toda la producción que roba a los trabajadores empleados, con la consecuente generación de deuda pública de la que el capitalismo es acreedor.
La deuda pública queda sujeta a la misma dinámica de crecimiento continuo que describíamos para el trabajador que está siendo empleado por el capitalista.
Tenemos que hacer aquí una observación: cuando el Estado de bienestar pagó en forma de prestación social los 10 euros al trabajador desempleado para que este pudiera comprar las 2 manzanas que le quedaban por vender al capitalista, se generó un gasto público de 10 euros para el Estado de bienestar.
Pero en nuestro modelo el Estado de bienestar no ha tenido ningún ingreso público.
Cuando hay un gasto público que no está respaldado por un ingreso público, ese gasto público se convierte en un déficit público. ¿Y con qué fuente de financiación se corresponde entonces este gasto público/déficit público, o gasto público deficitario de 10 euros? Se corresponde con la deuda pública de 10 euros que el Estado de bienestar mantiene con el capitalista acreedor, según resulta lógicamente de nuestro modelo.
Es decir, el préstamo de 10 euros que el capitalista hizo al Estado de bienestar financia, en forma de deuda pública, y mediando el déficit público, el gasto público deficitario de 10 euros que ha soportado el Estado de bienestar al pagar la prestación social de 10 euros al trabajador que estaba desempleado.
En general podemos pues establecer que los préstamos que el capitalismo hace, en forma de deuda pública, al Estado de bienestar, financian los gastos públicos deficitarios del Estado de bienestar.
La deuda pública del capitalismo acreedor ("los mercados") financia el déficit público en que el Estado de bienestar incurre a la hora de realizar sus gastos públicos en forma de prestaciones sociales sin que exista un respaldo financiero en forma de ingresos públicos para esos gastos públicos.
Deuda pública se corresponde con déficit público. (Y el capitalismo es el acreedor de la deuda pública).
Pero entonces se plantea: ¿qué debería hacer el Estado de bienestar para que su gasto público de 10 euros quede respaldado por un ingreso público de 10 euros, para que así no sea necesario recurrir a deuda pública para con el capitalista acreedor?
Recordemos que al capitalista le quedaban 2 manzanas por vender, y por eso prestó 10 euros, en forma de deuda pública, al Estado de bienestar, para que el Estado de bienestar pagase esos 10 euros en forma de prestación social al trabajador desempleado y este trabajador pudiese así comprar las 2 manzanas que le quedaban por vender al capitalista.
Así que repitamos la pregunta: ¿qué debería hacer el Estado de bienestar para que su gasto público de 10 euros (la prestación social pagada al desempleado) quede respaldado por un ingreso público de 10 euros, para que así no sea necesario recurrir a deuda pública para con el capitalista acreedor?
La respuesta parece fácil: decirle al capitalista que no entregue sus 10 euros en forma de préstamo al Estado de bienestar, sino que se los entregue en forma de impuestos. En otras palabras: hacer al rico pagar impuestos.
En la práctica esto es como pedir al capitalista que entregue, en forma de impuesto al Estado de bienestar, las 2 manzanas que le quedan por vender.
Pero esta medida no gusta nada al capitalista, porque los impuestos no se devuelven, se regalan al Estado. Para el capitalista es mejor entregar sus 10 euros al Estado de bienestar en forma de un préstamo que en forma de un impuesto, porque el Estado de bienestar tendría que devolver el préstamo al capitalista, pero no tendría que devolver el impuesto al capitalista (el impuesto el capitalista "lo regalaría", no lo prestaría).
Así que el capitalista necesita inventar algún argumento o justificación creíble para no tener que entregar las 2 manzanas que le quedan por vender en forma de impuesto al Estado de bienestar. ¿Qué argumento se inventa?
Pues precisamente que esas 2 manzanas las está manteniendo a la venta, es decir, las está manteniendo "productivas".
El Estado no obliga a los capitalistas a pagar en forma de impuestos capitales que los capitalistas estén manteniendo "productivos", es decir, adscritos a actividad productiva o comercial.
Es así como el capitalista de nuestro ejemplo ha conseguido que el Estado de bienestar no le obligue a pagar en forma de impuesto por las manzanas que le queden por vender: alegando que como esas manzanas están a la venta, están siendo "mantenidas productivas".
De esta manera el Estado de bienestar acepta que el capitalista no pague los 10 euros en forma de impuestos, sino que se los preste al Estado en forma de deuda pública. Entonces el Estado de bienestar empleará los 10 euros así recibidos en pagar una prestación social al trabajador desempleado, quien a su vez podrá entonces comprar las 2 manzanas que al capitalista le quedaban por vender.
Así que el capitalista protege de la actividad tributaria del Estado las manzanas que roba a los trabajadores alegando que dichas manzanas están siendo mantenidas "productivas", porque están puestas a la venta.
De hecho, este se ha convertido en el principal método de evasión fiscal legalizada del capitalismo moderno. Gracias a este método el capitalismo moderno evade impuestos dentro del país, incluso por ley y con el amparo del derecho tributario, y sin necesidad de emigrar a ningún paraíso fiscal.
Podemos, pues, enunciar este principio con más generalidad: El capitalismo moderno evade impuestos de manera legal en virtud de la cláusula legal (incluida por el capitalismo en la Constitución o en la legislación tributaria) de que los capitales que el capitalismo mantenga productivos no quedan sujetos a ninguna obligación de pagar impuestos por parte del capitalismo.
Para terminar este comentario haremos aquí un breve comentario sobre la crisis a la que conduce el capitalismo moderno vía deuda.
Hemos visto más arriba que el capitalismo moderno consiste en deuda, tanto privada como pública.
También hemos visto que la deuda para con el capitalismo acreedor es cada vez mayor, y este es el germen de la crisis en que desemboca finalmente el capitalismo moderno, cuando la deuda pública se vuelve excesiva.
Antes de alcanzar esta crisis el capitalismo moderno intenta evitarla, y para garantizarse el pago de una deuda cada vez mayor intenta ampliar su actividad a otros países, incluso invadiéndolos militarmente si hace falta.
Pero una vez que la deuda capitalista se ha vuelto insosteniblemente alta, entonces ha alcanzado su punto crítico (de crisis), y si el capitalismo no puede extender su actividad a otras regiones, solo quedan entonces 3 vías de salida:
Primera: la ruina del país. El país quiebra y su economía queda destruida hasta niveles de parálisis, precariedad y miseria. En este caso hay que emprender medidas muy dolorosas para satisfacer la deuda capitalista, y el país queda prácticamente privatizado y expropiado por los capitalistas.
Segunda: la destrucción del capitalismo. Existe el peligro de que como consecuencia de la primera vía el país reaccione, y en vez de quedar destruido por el capitalismo intente destruir al capitalismo y cambiar de modelo económico. Se empiezan así a popularizar los movimientos y partidos políticos anti-capitalistas. Es aquí donde el capitalismo intenta defenderse utilizando la deuda para ejercer su extorsión y su bloqueo económicos más salvajes.
Tercera: el capitalismo ve que cuando juega al juego de la deuda está cavando su propia tumba y está conduciéndose a sí mismo a tiempos difíciles para él, por lo que intenta evitar la crisis suavizando su actividad económica y, por decirlo de algún modo, volviéndose "menos capitalista". Esto lo concreta haciendo concesiones socioeconómicas al Estado y permitiendo que los ciudadanos puedan disfrutar de cierto mejor nivel de vida, como forma de "comprarse" la opinión pública. Esta campaña propagandística es de hecho muy efectiva y podemos verla aquí en Menéame, donde muchos meneantes defienden el capitalismo como algo bueno y las donaciones de Amancio Ortega.
En cualquier caso, el capitalismo es a largo plazo un sistema insostenible, y bien por las malas, o bien por su progresiva suavización, irá desembocando en estadios menos y menos capitalistas de la economía, para mejora del nivel de vida de los ciudadanos.
menéame