La gente en España vota para no sentirse impotente, pero realmente votar en este país es autoengañarse. No existe el voto útil, votando no se cambia nada. Todos los votos van al bipartidismo de una forma u otra. Ya sea directamente o mediante pactos, siempre gana el bipartidismo.
La gente tendría que hacerse autoconsciente de su impotencia política y asumir este hecho. Una vez que haces eso, no tienes ganas de votar más. Quizás así se generaría la voluntad de cambiar el sistema por medios que sí sean efectivos o simplemente por la presión que generaría que en un país no votase casi nadie. Es una forma de hacer presión para reestructurar el sistema electoral, acaso para hacerlo más participativo, que el voto se vuelva más eficiente y deje de ser un ejercicio de autoengaño.
Siguiendo con la psicología del voto, yo creo que votar es incluso una forma de engañar a la conciencia que hace que el ciudadano sienta, al menos en parte, que está dando su consentimiento. Está relegando su poder de decisión en un partido. Le está dando un poder para que hable por él y organizar su vida. Si no das ese poder, aunque sea con el acto simbólico de no votar, no te sientes tan conforme con lo que pasa después en tu país.
El voto en una democracia representativa es un truco para apaciguar a la masa. Es como opinar en twitter o lo que estoy haciendo yo ahora mismo, es querer desahogarse pensando que tu opinión o voto va a algún sitio cuando en realidad no cambian nada ni van a ningún sitio. Van o bien a la papelera o bien al bipartidismo. Opinar y votar son el consuelo de la gente que no somos nadie ni tenemos poder sobre nada.
Por eso lo más digno y honesto con nosotros mismos sería dejar de votar. Cuantos menos mejor, porque cuantos menos voten, menos legítimo se vuelve el sistema. Y quizás ese sea el único poder que tenemos como masa, el de deslegitimizar algo no apoyándolo.