Campijo: Dicese de aquel que va a realizar deporte de montaña con ropa de Coronel Tapioca o en su defecto de Decathlon, al menos un palo extensible para realizar la practica del 'Trekking', mochila con cantimplora y pedernal, ademas, de dispositivos que midan la distancia recorrida y calorías consumidas. Opcionalmente puede llevar dispositivos de geolocalización o GPS.
Runner: Dicese de aquel que un buen día, sin preparación previa, se calza unas deportivas de pronador o supinador, según la manera que tiene de pisar, se pone viste de Decathlon y se tira a la calle a correr sin calentar. Normalmente mayores de treinta años que no han hecho deporte en su vida y prefieren 'correr por la ciudad' a estar encerrados en un gym (antiguamente conocido como gimnasio)
Ciclista de montaña: Alternativa al Runner de asfalto, el cual, suele usar dos premisas para practicar este deporte, el amor al aire libre y al campo o la búsqueda de emoción o adrenalina a chorro. Se les reconoce fácilmente porque van en manada, con bicicletas que valen cientos de euros, disponen de pulsometro, acelerometro, cuenta Kilómetros y todo equipamiento que este disponible y te miran por encima del hombro por no entenderles e ir a practicar este noble deporte con ellos.
Vemos tres definiciones de tres personajes modernos, que se han convertido en la nueva sociedad, en los seres dominantes, si no estas en uno de estos grupos eres un marginado social y estas por debajo. Siempre que los veas, debes arrodillarte y agachar la mirada, porque son seres superiores al resto de los mortales. Depende del poder económico de cada uno, puede pertenecer a un grupo y existe un gran odio entre estos tres tipos de seres modernos. Si eres de pocos ingresos, Runner seras, si tienes ingresos aceptables, campijo, aunque no distingas un pino de una carrasca y si eres de alto poder adquisitivo, evidentemente, ciclista de montaña y aventurero.
Antes era normal ver a tres o cuatro que corrían, por afición o porque querían estar bien físicamente, pero ahora es una plaga, se han apoderado de las aceras de ciudades y pueblos, son los reyes de la acera, igual que los camioneros lo son de la carretera. Debes estar atentes y evitar interponerte en su trazada, cual si de un Formula 1 se tratara y siempre pedir disculpas si no les ves, porque si no te disculpas, seras maldecido en su idioma, que aun esta por identificar. Normalmente se les reconoce, cuando están entre tus allegados, porque subirán su recorrido, los kilómetros y el tiempo empleado para realizar el recorrido con alguna parrafada.
Los campijos son esos seres que van un día a Coronel Tapioca o Decathlon y lo vacían prácticamente. Allí adquieren todos los pertrechos, como son las botas de montaña, los pantalones de mil bolsillos con pernera desmontable, calcetines técnicos y térmicos, camisetas apropiadas que traspiren, el gorro que les hace parecer mas gilipollas de lo que son, la mochila de gran capacidad, la cantimplora, una navaja por si se tienen que enfrentar a un peligroso oso, el pedernal para hacer fuego si se pierden y los palos esos extensibles, que pueden ser en versión simple si uno es atrevido o doble si le gusta ir sobre seguro. Unos 500€ como mínimo les costara la broma, para contal, realizar una practica que puedes hacer con unos tejanos viejos, deportivas viejas, cualquiera de las mil camisetas de publicidad que tienes, una gorra de publicidad electoral (importantisimo), un mechero (a poder ser 'prestado) y un par de botellas de agua, a lo sumo. Los palos esos que usan no entiendo para que sirven, si va a ir por pista, la verdad, si vas campo a través, coges un palo cuando lo necesitas y listo, porque en el monten, en el suelo, esta llenito de palos. Se les identifica por las miles de fotos que suben de un paseo de dos horas, donde cuentan todo lo que han visto como si no hubieran visto un árbol en su vida y la foto de grupo felices, antes de dar un paso, no sea que se manchen.
Que decir de los amigos de las bicicletas de montaña, que se pueden gastar el suelo solo en una suspensión porque es la mas guay del mercado. Esas bicicletas que terminan costando un riñón y parte del otro. Son auténticos valientes, porque llevan todo tipo de trastos tecnológicos para controlarlo todo, pero casco y protecciones contra caídas ya no, porque eso es demasiado mainstream. Es importante conocerse rutas para ir con la bici, ir con amigos y luego, como no, subir la ruta y fotos a las redes sociales, sobre todo, Facebook, para que los amigos vean lo guay y macho que eres.
Tres colectivos normales, de gente normal, con gustos normales. Esto es invertir bien el dinero, no en estudios o tecnología productiva. Me hace gracia como son los primeros que se mofan de quien prefiere gastar en tecnología porque es su afición, en una buena tele o en pagarse unos segundos o terceros estudios, para tener un buen futuro. Que bonita es la hipocresía de estos deportistas modernos y de moda.