El cielo se viste en el manto gris del desaliento con la humanidad enfrentada al abismo de su destino. En el corazón herido de España, entre suspiros ahogados y murmullos de asombro, emerge una propuesta audaz: miniaturizar a la población y colonizar el cuerpo de Isabel Díaz Ayuso. En este acto de ironía cósmica, la reina de lo popular se convierte en nuestro último refugio, un santuario en medio del caos.
En el reino oculto de Isabel fluye un rio eterno en un baile de sobres sin remite, mientras en la lejanía suena el susurro de las células.