Hace un siglo las obsesiones sociales no diferían mucho de las actuales. En las ilustraciones que hizo para la prensa Winsor McCay criticó la deportación de emigrantes, advirtió de los peligros de la droga y mostró el pánico que le daba la tecnocracia que se avecinaba. Un apocalipsis que hoy tememos estar ya viviendo. Los mismos miedos que pueden verse en, por ejemplo, la serie Black Mirror. Sin embargo, los dibujos más bellos fueron sus errores, sus trasatlánticos voladores, ingenios imposibles de imaginar en la actualidad.

El dibujante Winsor McCay fue más conocido como el creador de la alucinatorias tiras cómicas de Little Nemo in Slumberland y los sueños de los Rarebit Fiend. Menos gente sabe que él también fue el creador del primer dinosaurio animado que apareció en una película (Gertie el dinosaurio, 1914). Pero casi nadie sabe, es que cuando McCay murió en 1934, estaba trabajando en una nueva tira cómica llamada Dino, que contaba la historia de un dinosaurio que despierta después de dormir durante 65 millones de años y se hace amigo de una chica joven.

El experto nuclear, Galen Winsor, sostiene que no existe peligro en los residuos que provoca la energía nuclear, siendo todo una gran estafa y un gran negocio. Galen llegó a beber diariamente agua expuesta a residuos radiactivos sin enfermar por ello .

Por primera vez se publica de forma integral en un solo tomo. La edición, que acaba de lanzar Taschen: The Complete Little Nemo 1905-1927 recoge, por primera vez a todo color, los 549 episodios de Little Nemo. Y en un formato gigante que permite apreciar el arte de Mccay.