Parece un sitio ideal para visitar. Desde dentro, Ozersk tiene todo el encanto de una capital europea: hermosos parques, amplias plazas, lagos y miles de personas viviendo en paz y armonía. Y, de hecho, para la mayoría de sus habitantes, es justamente así. El único detalle es que esta ciudad tiene elevados niveles de radiación, está rodeada por una doble verja con alambre de espinos y vigilada constantemente por guardias de seguridad. Por si eso no fuera poco, durante varias décadas, Ozersk ni siquiera aparecía en los mapas.