En marzo de 2022 apareció una curiosa noticia que dejaba descolocado a todo el mundo de la industria de la música sin saber qué pensar y es que los creadores del Fortnite, Epic games, habían comprado BandCamp, la distribuidora de música independiente, en un movimiento empresarial que no parecía tener mucho sentido porque una de las multinacionales más importantes del mundo de los videojuegos compraba una distribuidora de música independiente ruinosa que malamente luchaba por sobrevivir.

Si el Sistema Solar tuviera el tamaño de la isla de Fortnite, ¿dónde estaría cada planeta? Y si nuestra galaxia tuviera el mismo tamaño, ¿qué separación tendrían las estrellas? Así sería el Universo si tuviera el tamaño del Fortnite.

Mesut Özil lleva desde el pasado mes de octubre sin vestir la camiseta del Arsenal, el club que le paga su generoso salario, en un partido oficial. El motivo oficial es común a muchos otros futbolistas: está lesionado. Pero el juicio moral que le rodea no lo es tanto. El pasado fin de semana el Daily Star, diario sensacionalista londinense, le acusaba de un extraño vicio: utilizar su baja para pasar horas y horas jugando al Fortnite.

¿Qué dicen los restos materiales que encontramos en Fortnite sobre la gente que habitó la isla? ¿Quién construyó las ciudades en las que jugamos? ¿Porqué hay tiendas de campaña por todas partes? ¿Hubo un evento traumático? ¿Existe un Estado? ¿Cómo afectan los jugadores con su destrucción/construcción a los restos? En este vídeo hago un pequeño y superficial análisis del juego del momento desde un punto de vista arqueológico.

Fortnite es un shooter en tercera persona con elementos de Battle Royale en el que básicamente tienes que matar todo lo que se te ponga por delante antes de ser el último superviviente de entre otros cien jugadores. El videojuego que está convirtiéndose en meme y en fenómeno de masas.