A nivel mundial, "la enfermedad respiratoria es la tercera causa de muerte" y eso es así, en buena parte, porque solo hay una cura para los pacientes con enfermedad pulmonar en etapa terminal: el transplante de pulmón. Un transplante que, a pesar de los avances en el campo, sigue siendo algo rarísimo por la falta de donantes sanos y por el hecho de que la mayoría de los que se donan deben descartarse por lesiones graves.