«Gianni Brera había sido partisano en la II Guerra Mundial. Sabía que plantear batallas de artillería cuando dispones de dos morteros y una docena de escopetas de perdigones no es de valientes, es de imbéciles. Esperar agazapado, golpear rápido y volver a esconderse, ese es el plan. Por eso, cuando luego se dedicó al fútbol, el sistema que inventó se llamó cantenaccio»

Benito Mussolini: la tarde del 28 de abril de 1945, hace setenta y seis años, un grupo de partisanos comunistas lo fusiló en el pequeño pueblo de Giulino di Mezzegra

La mayoría de los combatientes que se unieron a la lucha partisana en Yugoslavia en la Segunda Guerra Mundial nunca habían sostenido una cámara, y mucho menos se consideraban fotógrafos. Sin embargo, los esfuerzos organizados para crear una "fotografía partisana" ayudaron a llevar la imagen de su lucha a las masas, y mostraron que la producción artística no era solo para profesionales.

Me da la sensación, tal vez equivocada, de que esta reivindicación, esta “herstory” se queda, a menudo, en sacar a la luz a mujeres extraordinarias que, de forma individual, hicieron cosas extraordinarias, y siendo esto imprescindible, me parece que sigue invisibilizando la aportación de mujeres comunes que hicieron cosas comunes.

El comportamiento colectivo tiende a ser gregario, algo que se manifiesta tanto en la vertiente agresiva como en la pasiva. Algunos ejemplos de lo segundo se encuentran en las grandes matanzas ocasionadas por guerras o políticas genocidas, en las que las víctimas parecen resignarse a su fatídico destino. Ésa fue precisamente una de las características del Holocausto de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora bien, no faltaron excepciones en las que se organizaron para defenderse como la insurrección del Gueto de Varsovia y otros...

Italia cambió de bando en mitad de la guerra y fue inmediatamente invadida por la Alemania nazi, desatándose así la lucha por la liberación y una guerra civil