La fotografía tiene la extraordinaria capacidad de congelar momentos en el tiempo, captando acontecimientos en fracciones de segundo que a menudo pasan desapercibidos a simple vista. Sin embargo, algunas tomas trascienden la mera documentación y hacen que el espectador se cuestione el tejido mismo de la realidad. Estas fotos perfectamente sincronizadas, sacadas de las profundidades de la casualidad, juegan con la mente y desafían nuestra percepción de lo que es posible. (Cada imagen conduce a la fuente original).