Este cuadro presenta la última técnica empleada por Picasso en el periodo azul y se caracteriza por presentar a los personajes con una expresividad y artificiosidad extremas. El papel del simbolismo francés y el expresionismo alemán, junto con su experiencia personal, lo llevó a reflexionar de manera espectacular acerca de los sentimientos de tristeza, el dolor, la desolación y la pobreza, usando un color azul simbólico para reflejar este estado de ánimo.