Dolmen es una palabra, supuestamente de origen bretón aunque su etimología no está muy clara, que significa mesa grande de piedra. Se los denomina antas en Galicia, cromlechs en Cornualles, y de muy diferentes maneras en otros lugares. Son tumbas o cámaras megalíticas compuestas de dos o más megalitos, generalmente dos dispuestos verticalmente soportando otro horizontal, aunque hay muchas variantes....

Esa es la conclusión que arroja el documental español Propaganda Game. China no quiere al ejército americano en su frontera coreana y a Japón no le interesa un rival fuerte en la región, de modo que, según afirma irónicamente al final de la cinta una especialista, solo al pueblo norcoreano le interesa realmente un cambio de régimen. El documental se adentra en el país de la mano de Alejandro Cao de Benos con la intención de derribar mitos e informar más allá de la batalla propagandística que arroja una imagen distorsionada y caricaturesca.

Durante 28 años desde 1969 y hasta 1997 Corea del Norte mantuvo una estrategia publicitaria que consistía, entre otras cosas, en publicar grandes anuncios a página completa en periódicos occidentales. En ellos, en un intento de impresionar a occidente durante los años de la Guerra Fria y mucho después, se glorificaban las figuras de sus líderes Kim Il Sung y Kim Jong Il, y se exponían sus tesis ideólogicas abogando por la reunificación coreana. El resultado fue todo lo contrario de lo que seguramente esperaban conseguir.

Primero, no son semanas sino años el tiempo que dedican a la preparación del temido Suneung, el examen que les da acceso a la universidad. Segundo, para la sociedad coreana la vida les va en este examen, se supone que dependiendo del resultado podrán ir a una universidad u a otra y dicha universidad les dará una posición en su sociedad. Sí, es como si solo tuvieras una oportunidad en tu vida. A todo esto súmale la presión del pueblo coreano sobre sus estudiantes y tenemos como resultado un examen que es una bomba de relojería.

Escáneres cerebrales realizados a cerca de 200 adolescentes muestran evidencias sobre cómo el cerebro de un adicto a los videojuegos online está conectado de forma diferente.