Este papel resistente al fuego y al agua ha sido desarrollado por investigadores del Instituto de Cerámica de Shanghai, añadiendo para ello una forma de calcio llamada hidroxiapatita, que se encuentra en el esmalte de los dientes de los animales y los huesos, para cambiar la estructura del papel y darle propiedades especiales. Así, este papel, según sus creadores, resiste no solo el agua, sino el café, el zumo o el té, y también el calor de hasta 200 grados centígrados.