Desde los antiguos romanos hasta la Iglesia Católica, pasando por la religión judía, y por supuesto el Islam, la usura ha sido condenada y visto como una maldad. Aristóteles decía que de todas las formas de comercio, la usura es la más depravada y odiosa. Platón afirmaba que la usura enfrentaba inevitablemente a una clase contra otra, y Cicerón, Catón y Séneca también condenaban la usura, aunque existía. Algunos judíos justificaban el cobro de intereses sobre los préstamos, alegando que solo estaba prohibido cobrarse entre ellos.
