Uno puede pensar, viéndolo desde fuera, que tener un perro es una responsabilidad enorme dado el trabajo que supone: sacarlo a pasear diariamente, alimentarlo, estar al día de sus vacunas y de sus antiparasitarios, tener un rato de juegos con él, educarlo, etc. etc. Pero, si lo vemos desde la otra parte, ¿nos paramos realmente a pensar todo lo que nuestro perro nos aporta?