La evidencia dice que probablemente serán útiles y su uso en pacientes que no tienen nada que perder será tal vez beneficioso y debería plantearse su uso YA, porque NO producen efectos secundarios de gravedad. Decir lo contrario es mentir. Inducir el miedo en pacientes de cáncer con efectos secundarios fantasmales, para que NO prueben nada que se salga del estándar es mentir y, probablemente, perjudicarlos al impedirles usar una medida que tiene más probabilidades de ayudar que de dañar.