Muchas personas son profundamente reacias a compartir una opinión, tomar una postura, o cometer el mortal 'faux-pas' de emitir un juicio. ¡Dios no lo quiera! Los clichés típicos incluyen "No quiero a juzgar", "¿Quién soy yo para juzgar?" y "No soy nadie para juzgar". original en: www.psychologytoday.com/blog/homo-consumericus/201408/judging-those-wh
De la importancia de las caras para nuestro cerebro ya hemos hablado muchas veces en Neurolab. Somos buenos reconocedores de rostros y no solo podemos distinguir una cara en medio de otros patrones visuales, sino que distinguimos la carga emocional de un gesto con poquísimas pistas.
Qué feo… ¿verdad? Ir diciendo por ahí, que si este no es bueno, que el otro es más bien poco listo, que aquel es incómodo de ver… Está muy feo juzgar, eso nos lo dicen y nos lo han dicho de todas partes… incluso tenemos mandato bíblico.[...]