A pesar de la campaña de Greenpeace para limitar los viajes en avión, uno de sus directivos se desplaza a su puesto de trabajo (a 400 Km de su casa) en avión. Pascal Husting dijo que empezó a viajar entre Luxemburgo (donde reside) y Amsterdam cuando cogió el trabajo en 2012 y ahora hace el vuelo de ida y vuelta dos veces al mes. Los vuelos están pagados por Greenpeace, a pesar de que según la organización volar "arruina nuestras oportunidades de frenar el peligroso cambio climático".