Creo que tengo muy claro lo que pienso sobre los que mandan. Estoy convencido de que la monarquía hizo casi más daño a este país que la Iglesia que les ampara y les bendice. Vayan al teatro a ver que sucede, olvídense de recaudar un momento. Ya tendrán tiempo mañana de pensar cómo se llamará el último impuesto imposible que les tendrá que pagar el teatro para costear las putas de Canarias que frecuenta el concejal de cultura, o el alcalde, o el presidente de su grupo parlamentario.