Si vives en una zona de clima seco, como puede ser la meseta castellana, habrás notado en multitud de ocasiones que cuando llueve, especialmente en verano, el ambiente se llena de un olor característico. Lo que seguramente no sospechabas es que ese olor tiene que ver con el mineral que corre por las venas de los dioses griegos, y que además tiene nombre. Se llama Petricor, un término que idearon en 1964 dos geólogos australianos. Proviene de las palabras griegas πέτρα (petra, piedra) e ἰχώρ (ichor, la sangre de los dioses).