El amor y el deseo de estar en pareja son factores innatos dentro de nuestra genética como seres humanos. Desde que somos pequeños, nos sentimos amorosamente vinculados a personas. A medida que crecemos, estas relaciones se intensifican, hasta que uno de estos individuos se acaba convirtiendo pareja sentimental. Las relaciones de pareja se encuentran 100% vinculadas al enamoramiento. Sin este estadio psicológico, que mezcla factores cognitivos y químicos del cerebro, es probable que nunca nos decantáramos por tener una pareja estable.