El Sahara es el desierto más grande y más caliente del planeta, algo que todo el mundo sabe. Con sus nueve millones de kilómetros cuadrados ocupa una extensión similar a la de China, Australia o Estados Unidos. Es un páramo estéril de interminables dunas y montañas labradas por la erosión, al menos en la actualidad. Porque la realidad es que, hace sólo unos miles de años, el Sahara era un oasis de vida, cubierto por grandes extensiones de bosque fluvial. Más aún, volverá a serlo...