El Asimov niño que lo flipaba leyendo aventuras galácticas no concebía a una mujer en un papel protagonista, pero no solo no concebía a una mujer en un papel protagonista sino que llegó a escribir cartas a los editores de sus colecciones favoritas pidiendo que no pusiesen tantas mujeres entre los personajes secundarios,porque no hacían nada más que estorbar y ralentizar el desarrollo de la trama. Con el tiempo, sin embargo, Asimov se enmendó, dentro de lo que cabe...