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No, Viktor Orbán no ha censurado el musical ‘Billy Elliot’
Cuando se parte del convencimiento absoluto de estar a favor del Bien y en contra del Mal, los hechos terminan perdiendo cualquier clase de relevancia. Incluso una institución como la Iglesia Católica sabe que nada bueno puede salir de eso, y para ello se dotó de la figura del advocatus diaboli, el ‘abogado del diablo’, cuyo deber era objetar, exigir pruebas y descubrir errores en toda la documentación aportada en el marco de los procesos de beatificación o santificación.
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