Estudiar los antiguos sistemas planetarios alrededor de las enanas blancas proporciona pistas sobre el destino a largo plazo del Sol y de su sistema planetario, en el cual se encuentra la Tierra. Se espera que todo aquel cuerpo que se acerque a una enana blanca se desintegre en sus elementos químicos constituyentes. Luego, como la enana blanca en su superficie sólo posee una combinación de hidrógeno, helio y un poco de carbón, cualquier otro elemento presente pertenece a estos cuerpos rocosos destruidos por su gravedad.