Manual de la asignatura “Dinámicas grupales” de la UOC en el grado de Psicología, apartado “El caso especial del sexismo”. El manual comienza bien:
Vemos que se define el sexismo como un prejuicio por razón de sexo que se caracteriza por una especie de antipatía hacia otro grupo. El texto también nos enseña que existen dos tipos de sexismo: el manifiesto y el sutil.
Sin embargo, a partir de aquí solamente se cita a la mujer como posible receptora de sexismo:
“Son sexistas en cuanto a que sitúan a las mujeres en roles restringidos”
La persona sexista tiende a mantener una concepción despectiva de la mujer (“las mujeres se enfadan con facilidad”).
Vamos a ver cómo se puede aplicar exactamente lo mismo al hombre:
La persona sexista tiende a mantener una concepción despectiva del hombre (“los hombres solo piensan en follar”, “los hombres no saben cocinar”, “los hombres son agresivos”, etc.).
Continúa:
Por otro parte, y simultáneamente, le asigna características positivas (“más allá de lo que hayan conseguido en la vida, los hombres están incompletos sin una mujer al lado”). Este último es el aspecto benevolente del sexismo.
De nuevo, simétricamente, se podría decir:
"Más allá de lo que hayan conseguido en la vida, las mujeres están incompletas sin un hombre al lado”. Este último es el aspecto benevolente del sexismo.
Continúa:
De nuevo, podríamos decir:
La capacidad del hombre para transmitir seguridad, su natural fuerza, su tendencia a proteger a aquellos que son más vulnerables, a asumir riesgos… permite justificar la discriminación y confinarles a roles sociales muy restrictivos: realización de las chapuzas de la casa, los trabajos de bricolaje, realizar las mudanzas, realizar los trabajos de mayor riesgo laboral... Y no hace falta justificar estas conductas discriminatorias en función de algunos déficits, que podrían haberse exagerado tal y como sugería Pettigrew y Maertens, como la incapacidad del hombre para realizar otro tipo de tareas. Más bien, se resaltan sus cualidades positivas para argumentar a continuación que, puesto que tienen esas virtudes de las que las mujeres en general carecen, son ellos y no las mujeres quienes tienen que realizar esas tareas, y no otras.
Resulta curioso porque, justamente, la asignatura va de cómo los grupos influencian a los individuos. Y ya se sabe: cuando un grupo de la población repite machaconamente que solamente existe una forma de sexismo, la gente termina creyéndoselo. Ahora veamos la definición que da la RAE de sexismo:
Discriminación de las personas por razón de sexo.
De hecho, creo que la palabra “machismo” sobra en nuestro idioma (“sexismo” ya recoge exactamente el mismo significado). La RAE lo define como:
Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón.
Si se habla de “machismo” (“tú no sabes cambiar la rueda del coche porque eres mujer”), se ha de hablar de “hembrismo” (“tú no sabes cocinar porque eres hombre”). Sexismo es la palabra que no da una direccionalidad a la acción (puede ser de hombre a mujer o viceversa).
Por eso, que no os engañen, no existe más machismo que hembrismo, sino sexismo en general, producto de roles de género que, debido al cambio de las circunstancias materiales, en la actualidad, se van flexibilizando y permitiendo una mayor expresión de ambos sexos en aquellos asuntos que tradicionalmente no se permitían. Así, hoy en día una mujer puede tener relaciones sexuales con hombres y no ser juzgada por ello, pero hace 100 años hubiese sufrido un castigo social. ¿Por qué razón? Porque no había métodos anticonceptivos, podía quedarse embarazada y el hombre largarse sin hacerse cargo del niño, y eso suponía un claro perjuicio para ella y la familia, por tanto, debía existir un mecanismo social que reprimiese ese acto (“las mujeres decentes no hacen esas cosas”). De ahí también la promesa de matrimonio, y la obligación de no tener sexo antes del mismo para asegurarse que el hombre sería alguien comprometido.
De este modo, la paradoja, es que el material de la UOC, a mi modo de ver, está siendo sexista por no incluir al hombre como posible objeto de sexismo: solo la mujer puede sufrir esta forma de prejuicio, pero, como ya hemos visto, no es cierto.