Montero y separar la paja del grano

Se cerró el plazo de inscripción de los partidos políticos para las próximas elecciones y al fin hubo fumata blanca, Podemos y Sumar, se daban por fin el si quiero.

Pero si alguien creía que esto había quedado aquí es que había subestimado a los líderes de Podemos y su afán por encontrar en el sótano de su fracaso, otra planta más.

Podemos es, por muchos motivos, un partido a día de hoy muy minoritario (mucho más de lo que marcaron los votos en las últimas elecciones, y ya es decir, al menos mi voto y 3 más que conozco fueron a Podemos con la nariz tapada), pero con un ejército de fieles muy ruidoso en redes sociales y tremendamente radicalizados.

Los constantes ataques que ha sufrido el partido desde que prácticamente se fundó han creado un estado mental en ciertos simpatizantes de este partido que los hace incapaces de reconocer cualquier error en sus dirigentes, pues eso supone mostrar debilidad ante un enemigo sin escrúpulos. Poco a poco, se va creando una sensación de cierta paranoia, en la que la cualquier crítica es tachada de traición o de responder a intereses oscuros. No puede haber nadie que discrepe, porque será automáticamente tachado de ser un traidor.

No creo que esta estrategia haya sido ideada de manera consciente por parte de los líderes, y sí me inclino más a achacarlo a un efecto colateral del terrorismo mediático.

Pero vayamos al tema en cuestión.

Irene Montero ha sido, junto a Iglesias, la política más perseguida probablemente de nuestra corta democracia, todos sabemos porqué. Ante los ojos de buena parte de la población, es alguien despreciable y que causa un rechazo descomunal, porque así se ha querido desde ciertos intereses oscuros.

Vale, estamos de acuerdo, pero, ¿esto hace inmune a Montero de cometer errores? ¿la convierte en un ser de luz al que haya que apoyar políticamente sólo por esto?

Bien, yo creo que no, y lo creo por varios errores que para mí Montero ha cometido y que me parecen imperdonables en un político.

  1. Llamar machistas a los jueces: Un miembro de un gobierno jamás debería acusar a miembros de un colectivo con estos adjetivos, aun más si cuando probablemente, ni siquiera tuviera razón. Es intolerable y no lo consentiríamos si en vez de alguien de Podemos fuera uno de Vox llamando a los jueces rojeras, o cosas así. El respeto a las instituciones por parte de los gobernantes debe ser requisito indispensable, y yo al menos lo exijo a los que me representan.
  2. Permitir que en su ministerio se hicieran videos atacando, aunque fuera de manera representativa, a personajes famosos. Dejando de lado lo poco inteligente de la medida, y lo poco que me gustan el Xokas y Pablo Motos, desde un ente público no se puede pagar con dinero público una publicidad que ataque a ciudadanos sin ningún tipo de condena. Esto nos deja a los ciudadanos vulnerables, pues es la maquinaria de un estado contra individuos particulares. Quizás algunos lo vean bien porque estén de acuerdo en lo que se señala en el video, y yo coincido, sí, las actitudes de estas dos personas no han sido adecuadas, pero no son criminales y no se puede permitir que un ministerio con dinero público los ataque, porque además, mañana pueden ser los de VOX quienes lo hagan, como presuntamente lo habría hecho el PP con su policía patriótica, pero aquí hemos denunciado eso, y lo denunciaríamos si pasa con VOX.
  3. Realizar declaraciones que hayan dado a entender que un ciudadano sin condena era un maltratador o abusador y por las que ha sido multada. Esto es quizás lo más grave, de hecho, un comportamiento que jamás debería tener un gobernante, pues está vulnerando cualquier principio de presunción de inocencia.

Hay más errores claro, pero estos tres, para mí, y creo que para cualquiera que crea en una verdadera democracia, la inhabilitan para ejercer un cargo público.

Siento que los que se empeñan en que Montero vaya en las listas no reflexionen un momento sobre esto, y no se den cuenta de que no se pueden defender estas actitudes sólo porque sean de los nuestros. Somos mucha gente en la izquierda que no queremos a Montero por estos motivos, y no porque estemos al servicio de nadie del PSOE, de Sumar o de Ferreras.

Espero y deseo que Yolanda aguante la presión a la que les va a someter la cúpula y el ejército de fieles, porque aunque ruidosos, fuera de tuiter son muy pocos.

Y a los que defendéis que Montero entre a toda costa, por favor, reflexionad y daros cuenta que defender a Montero del acoso mediático no debe impedir reconocer los errores y pedirle que de un paso al lado. Estáis lanzando mensajes permanentemente contra Yolanda, que es de lejos el único representante de izquierda que no está quemada, y que tenía posibilidades, estáis alentando a la abstención en unas elecciones en las que nos jugamos mucho los que somo clase media y clase obrera, los que creemos en la sanidad pública, en la educación pública, en los derechos laborales, en la justicia social, y todo por defender a una persona que además ha cometido errores groseros.

¿tan bien os va la vida que preferís jodernos a todos con un gobierno de derecha-ultraderecha antes que parar? De verdad que no lo entiendo, es que no me cabe en la cabeza.

La izquierda no es Montero, no es Iglesias ni es Belarra, existía antes y existirá después.

Y tened clara una cosa, si alguien desea todavía más que vosotros que Montero esté en las listas, esa es la derecha, que se frota las manos pudiendo centrar toda la campaña en Montero y sus cagadas, y a muchos de izquierdas nos lo pondrá muy difícil para defender lo indefendible.

Parad ya, por favor, os lo pide un votante de Podemos desde que apareció.