La reunión se produce en una sala oscura. Sólo se ve a uno de ellos: lleva traje, es de buen ver y habla con propiedad. El otro está sentado cómodamente en un sofá en la sombra. Apenas se le ve.
Hombre en la sombra: ¿Quién es usted?
Hombre en traje: Soy el presidente
HS: ¿El presidente? El presidente ¿de qué?
HT: Del gobierno.
HS: ¿De qué gobierno?
HT: Del gobierno de la nación.
HS: Así que el presidente del gobierno de la nación, ¿eh?
HT: Así es.
HS: Usted sabrá que nada de eso existe realmente.
HT: ¿De qué habla? Aquí me tiene.
HS: Usted no es nada. ¿Sabe el qué es algo realmente?
HT: ¿El qué?
HS: El dinero. El dinero es lo único que existe.
HT: El poder está por encima del dinero. Yo, desde el poder que me ha otorgado El Pueblo, puedo poner control al dinero y a quien lo maneja.
HS: Es gracioso eso de "El Pueblo". ¿Qué pueblo? Supongo que es consciente de que si usted está ahí en estos momentos, es porque nosotros lo permitimos.
HT: Eso es una estupidez. El pueblo me ha puesto aquí.
HS: Se equivoca. Usted está ahí porque nosotros le hemos dicho al pueblo que usted puede estar ahí.
HT: No puede estar hablando en serio. Hubo un congreso en el partido que gané. Hubo unas elecciones que gané. Y conseguí una mayoría parlamentaria que me llevó a ser presidente.
HS: ¿Recuerda a Pablo Iglesias? Sí, ese que iba liderando las encuestas poco antes de unas elecciones.
HT: Perdió por las luchas internas del partido, por no defender lo que la mayoría quería y por no saber ofrecer un programa claro.
HS: (Con tono socarrón) Sí, sería por eso...
HT: ¡Está usted loco!
HS: Tranquilo, hombre. ¿Recuerda a Ciudadanos? Ese partido que pudo gobernar cuyo líder podría haber llegado a presidente del gobierno de la nación, como usted.
HT: Los votantes de derechas de repente vieron que su voto no sería útil, y votaron útil.
HS: De repente vieron... Ahí estamos totalmente de acuerdo.
HT: La gente es libre de elegir.
HS: La gente no es libre. Nosotros les decimos qué votar y, sobre todo, qué no votar.
HT: ¡Está poniendo en duda los principios básicos de la democracia!
HS: La democracia no existe. No permitimos que exista. Piénselo. Si nosotros no nos hacemos con el control, cualquier otro podría hacerlo. ¿No le da miedo?
HT: Ustedes no pueden controlar nada. Los votantes analizan las distintas opciones y, libremente, eligen la que consideran mejor.
HS: Estamos de acuerdo en una cosa: la gente anhela la libertad por encima de cualquier otra cosa. La promesa de libertad supera a cualquier programa electoral. Supera al sentido común. Está incluso por encima de la mismísima dignidad.
HT: Si estuviera en lo cierto, muchos se habrían dado cuenta de que alguien ha decidido que la democracia no es la vía. Que no pueden defender sus ideas a través del voto. Que la política ha fracasado. ¿No le preocupa? ¿No le preocupa cuál podría ser la alternativa a la política?
HS: No me preocupa. Mientras la inmensa mayoría crea ser libre, verán a esa ridícula minoría como alborotadores. Por un pequeño extra, puede que incluso como a terroristas.
HT: ¡Yo le debo a la gente su confianza! La confianza que han depositado en mi, como presidente y la confianza que han depositado en las instituciones del estado.
HS: Usted sólo nos debe algo a nosotros. Pero no se ponga nervioso. Siéntese, relájese y simplemente haga lo que le digo.