Hoy, a raíz de un comentario de @supercinexin he vuelto a acordarme de una mención en la que debiera haber ahondado mucho más en mi artículo “Informe sobre la infiltración neonazi en las redes sociales e internet”, publicado en Menéame en junio de 2020, y donde repasé la conspiración en la que me vi envuelto sin pretenderlo a mediados de la década pasada y cuyos efectos siguen vigentes a día de hoy como podemos ver en cualquier rincón de Internet cada vez que algo hace alusión a Rusia o a Putin.
No volveré a repetirme sobre los detalles de ese asunto y queda a criterio de cada cual, de su experiencia en la vida, y en cierta medida también de sus inclinaciones “conspiranoicas” o “ingenuoicas”, el creer o no lo contenido en ese artículo, pero voy a comentar algo sobre un libro publicado durante esos años, concretamente en 2017, y titulado “Siria, entrevistas para comprender un conflicto”, editado por la ultraderechista Ediciones Esparta y en el que participaron a medias figuras bastante destacadas del “comunismo” y el fascismo “anti-imperialistas”, si es que eso, ser fascista o “comunista” entre comillas, y estar a la vez contra los imperios, no es un oximoron.
Como veis, el volumen está firmado por un tal Carlos Paz, que hace de entrevistador - coordinador, después veremos quién es, y cuenta con la participación de Jorge Verstrynge, Milad Atieh, Vasily Nioradze, Vicente Talón, Raquel Martin, Susana Oviedo, Juan Antonio Aguilar, Pablo Sapag, Guillermo Rocafort, Alejandro Cao de Benós, Bruno Navarro, Fernando Paz, Pedro Varela, Serafín Fanjul, Muhsen Bilal, Gustavo Morales, Fernando Sánchez Dragó y Eva Bartlett. Algunos nombres os sonarán, pero otros no. Y lo que voy a hacer en este segundo artículo, después de varios años, es anotar brevemente quién es cada uno de ellos para que podáis observar las costuras de la trama de desinformación, si no queréis llamarla conspiración, que vivimos cada día, por ejemplo en Menéame.
En primer lugar hay que decir que, del mismo modo que pasa con la invasión de Putin en Ucrania, debería haber sido muy difícil para una persona de izquierdas apoyar a un Régimen como el de Assad en Siria. Para hacerlo hay que dejar en suspenso tus ideas de izquierdas, incluso las totalitarias para el que las tiene, y abrazar una ciénaga de corrupción fascista sin límites porque el modelo liberal, personificado en Estados Unidos, te parece tan malo como le parece a un católico seguidor de El Yunque o de Monsieur Lefevre. Si denuncias el totalitarismo de EEUU, tienes que ser consciente de alguna manera, en algún rincón de tu cabecita, de que el totalitarismo de Assad, o de Putin, es varios órdenes de magnitud mayor. Si denuncias la corrupción, idem de idem. Si denuncias la destrucción y la muerte de los ciudadanos en la guerra, tienes que ver -si tienes ojos- cómo destruyen y matan a los suyos, en periodo de Paz, Putin y Assad. A ese respecto, es muy esclarecedor este artículo sobre el hombre clave en Siria del diario Publico en 2012, cuando aún no había sonado el silbato de las cloacas internacionales, o éste de Rebelión en 2014 cuando esa web aún no era una fosa séptica nazi-bolchevique.
O sea, partimos de la base, y esto hay que dejarlo claro, que cuando elementos denominados de “izquierdas” se unen en lo que los nazis llamaban un “querfront” o “frente cruzado” junto a la extrema derecha no es que los de “izquierdas” hayan atraído a los de derechas a sus posiciones (y no los rechacen), sino que los fascistas han coaptado a los de “izquierdas” y les han puesto a defender a sus referentes políticos y a luchar por las cosas que ellos luchan. Y aquí no vale lo de “tontos útiles”, porque útiles sí son, pero de tontos muchos no tienen un pelo. Ahora lo veremos.
“Siria, entrevistas para comprender un conflicto”, es un libro que, tras publicarse, se movió mucho en las redes sociales denominadas de la “Berdadera Hisquierda”. El autor era Carlos Paz, presidente del Frente Europeo de Solidaridad con Siria y fascista muy destacado en los ámbitos del Falangismo. Como reclamo utilizaba los nombres de un puñado de figuras y conferenciantes de la «izquierda anti-imperialista», como Jorge Verstrynge, (¿qué podemos decir de nuestro nazbol más célebre y ex miembro de CEDADE?); Pablo Sapag, divulgador y profesor de la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense y miembro del Frente Anti-imperialista Internacionalista; Alejandro Cao de Benós, no es necesaria mayor presentación de ese símbolo por antonomasia de la falacia lógica del hombre de paja de la derecha al que también se le conoce como “Kaos de Venaos”; Susana Oviedo, actriz y activista social como ella misma se define, y que cuenta entre sus hitos haber llevado a Carlos Paz, autor del libro, a una Fiesta del PCE para presentarle a diversa gente y que era portavoz de la Plataforma Global Contra las Guerras (ver este extraordinario artículo para saber de qué va esa Plataforma ); Eva Bartlett, famosa periodista que dice ser activista por la paz en Oriente Medio y que, entre otras cosas, ha sido corresponsal de sott.net, un periódico online propiedad de la secta Casiopea; y Raquel Martin, directora ejecutiva del comité español de la UNRWA, Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos y que tiene unas magníficas relaciones con Hamas.
El resto de participantes en el libro, así como su autor, se omitían en esos círculos de la “Berdadera Hisquierda”, aunque algunos son nombres conocidos en la izquierda militante. La lista, fijaros bien en la portada, podría empezar con Pedro Varela, propietario de la librería nazi “Europa” de Barcelona y declarado “nacional-socialista” que aún va dando conferencias sobre Hitler. A Varela le sigue Juan Antonio Aguilar, colaborador de Russia Today e Hispan TV y que fue fundador del grupo neonazi Bases Autónomas, así como del MSR y dirigente del partido La Falange, propietario de un sitio que fue muy popular en esos mismos círculos, y del que durante una larga época se nos regaba con frecuencia en Menéame, llamado “Espía Digital” y cuyo Consejo de Redacción está formado por la flor y nata internacional del neonazismo de “tercera vía” así como de militares españoles y miembros públicamente conocidos del CNI como Fernando J. Muniesa, famoso conseguidor y estafador y también colaborador en Diario 16. Luego tenemos a Vasily Nioradze, portavoz de la Embajada rusa en Madrid, agregado de prensa y ahora primer secretario de la Embajada, y que en el lenguaje de signos diplomático daba al libro una dimensión de Estado porque nada hay que se trate con más exquisito cuidado que la presencia o no de un diplomático en cualquier tipo de acción o de gesto. Naturalmente no podía faltar Milad Atieh, Embajador de Siria, y que para el PCE volvería a su país en 2018 «a luchar por la Paz, contra el terrorismo islamofascista y la intervención imperialista, sionista y wahabí contra su pueblo» dejándoles aquí en España supongo que a su entender en buenas manos y bien acompañados. A su lado, Muhsen Bilal, ex embajador también de Siria en España y luego Ministro de Información de Assad. Continuamos por Gustavo Morales, dirigente de Falange y colaborador también de Russia Today, la BBC, Sputnik e HispanTV y “tronco” -como diría Villarejo- de Juan Antonio Aguilar. A estos les seguiría Guillermo Rocafort, ex legionario y periodista de ConfiLegal (el periódico online dirigido por Yolanda Rodríguez, Jefa de Prensa de Margarita Robles) muy divulgado en los medios de extrema derecha. También estaba Bruno Navarro, del que en el blog Guerras Postmodernas se recoge que ha sido colaborador del Grupo Intereconomía como analista de seguridad y defensa y que perteneció a Alianza de la Unidad Nacional. El angelito ahora da charlas sobre la paz y el imperio de la ley y en su bio dicen que es “militar de operaciones especiales en excedencia, director de seguridad de una aerolínea y empresa de transporte norteamericana, analista en seguridad y defensa y apasionado de la geopolítica". No podía faltar el Jorge Verstrynge del PP y Vox, Fernando Sánchez-Dragó, del que sólo recordaré esta anotación que hice en el blog Info Duguin sobre su affaire primero promocionando un artículo de falsa bandera de un comunista que iba a dejar de votar a Podemos para hacerlo a Vox (en Menéame de eso sabemos un rato) y que era defendido por su amigo Javier Ruíz Portella, nazi, naturalmente, al que también le daba igual que fuera pedófilo.
¿Quién más? Pues Serafín Fanjul, historiador y arabista y miembro del Patronato de Honor de DENAES (Fundación para la Defensa de la Nación Española) y colaborador de Libertad Digital , Vicente Talón, director de “Defensa. Revista Internacional de Ejércitos, Armamento y Tecnología” que fundó junto a Arturo Pérez-Reverte y la guinda, Fernando Paz, que tuvo que renunciar a ser candidato al Congreso de los Diputados por Vox en la provincia de Albacete debido a su negacionismo del Holocausto, no por el resto de sus ideas nazis.
A mi juicio, y contestando a @supercinexin, sí ha habido una concomitancia entre izquierda y extrema derecha en España respecto a los intereses rusos y concretamente los de Putin. No se trata sólo de que seamos el único país de la UE que no envía prácticamente armas a Ucrania, o que ahora le compremos para compensar el gas a los rusos que antes no necesitábamos, es que España y Rusia, algo totalmente omitido del debate público, tienen profundos intereses comunes en Latinoamérica donde los gobiernos “nacional-populistas” están muy volcados con Rusia y China. Entre bomberos es mejor no pisarse la manguera y España, por sus propios intereses, y veremos próximamente también en qué sentido los de la UE, se ha hecho un hueco a través del PSOE y Podemos en todos esos gobiernos latinoamericanos que proporcionan un sinfín de beneficios a las multinacionales españolas cuando las relaciones entre los países son buenas.
Algo como lo que sucede en España, con esta invasión total de trolls y bots rusos en cada rincón, y esta confusión ilógica entre fascismo y “comunismo”, y entre fascistas y “comunistas”, que hemos visto por todos lados, no puede realizarse sin la protección de las cloacas del Estado, de un Estado para el que sus intereses pasan también por Rusia porque es el socio comercial preferente de esos gobiernos latinoamericanos. La izquierda, tan sujeta y controlada para todo lo que signifique desviarse del reformismo y la entrega ingenua al sistema democrático liberal, sin embargo se ha hundido hasta las trancas, se ha echado a los brazos del fascista Putin, más allá de cualquier pulsión achacable al anti-imperialismo adolescente.
Paradójicamente, la verdadera izquierda es la que está primordialmente en contra de Rusia y China, la izquierda antifascista y antitotalitaria para la que no podemos caer en manos de un modelo social aún peor del que “disfrutamos”. Los que han usurpado a esta izquierda antifascista habría que ver desde dónde escriben y quién les paga o quién les ha engañado y por qué son esos tan listos y ellos tan tontos.
Y a los que le guste esa "izquierda", no @supercinexin, sino la “izquierda” que va entre comillas, que no es más que un amasijo de fascistas y amantes del folclore soviético, puede comprar el libro en la tienda de Falange, que seguro que se lo dejan baratito.
PostData: Quien haya llegado hasta aquí que no se olvide de darle un vistazo a los links. Algunos son de noticias que fueron enviadas a Menéame y convenientemente tiradas abajo por los mismos, o a sueldo de los mismos, que lo hacen ahora con otras muchas y que, a buen seguro, dejarán aquí algún que otro comentario con cierta astucia.