Las cosas claras. Sólo hay una verdad objetiva y es la que yo considere conveniente según el momento o interlocutor. Porque es así, y punto.
Mira. Yo me crié en las duras calles de Madrid capital y aproveché mi juventud para escuchar un audiolibro de Penn Warren, leerme un breve resumen de La riqueza de las naciones y escuchar a mi primo Alberto hablar sobre La República de Platón y como "dice mucho de nuestra sociedad".
Con este bagaje intelectual, me veo en el deber moral, e incluso espiritual (aunque soy ateo militante), de luchar por el obrero; por el inmigrante; por la escoria de la sociedad. Ellos no tienen mi potencial, mi mente, rico enjambre de ideas revolucionarias, y no saben actuar con la deontología de un académico como yo. Alguno se me revela, ¿eh? Alguno hay. Pero un "¡Cacique!" y le pongo en su sitio.
Mira. ¿Me miras? El otro día iba yo en metro con el vulgo mirando titulares de La Única Verdad y de pronto escucho a un facineroso, albañil o carpintero por las pintas, que le decía a otro que él iba a votar al Otro Partido.
Claro. Yo me caliento mucho por lo que me acerco a él y le digo: "Pero, ¿no es usted obrero? Usted tiene que votar al Partido Auténtico, que es el partido de gente como usted y como yo. Obreros." "¿También es usted camarero?" me preguntó. A ver, yo estudié Filología Inglesa pero algo de carpintería entiendo.
Anyway. ¿El bitcoin? Una mierda.