Es innegable que teniendo en cuenta la historia de nuestro país es insólito que en los 6 años que lleva desarrollándose el Procés no haya habido ni un solo herido de gravedad que se pueda relacionar con dicho movimiento, más si cabe habiendo como han habido en esos 6 años declaraciones de independencia 'Fake', decenas de manifestaciones de uno y otro lado y votaciones ilegales (según el estado). Ni un herido grave ni un muerto. En un estado, el español, en el que hace 80 años se desarrolló una guerra civil con más de dos millones de muertos. Un estado en el que desde la muerte del dictador hasta las elecciones de 1979 murieron 60 personas causa de la violencia política. La ultraderecha campaba entonces a sus anchas por las calles de España, incluso con grupos armados, con la complicidad de una policía nacional que simpatizaba con el ideario más ultra. Pero en estos años de Procés esa ultraderecha ha estado, afortunadamente, casi desaparecida.
Seguramente el principal motivo de la ausencia de violencia actual es porque ni un lado ni el otro han querido, ni por asomo, ser relacionados con la violencia: medios independentistas temían que si la violencia era asociada al independentismo se perderían apoyos exteriores (los pocos que se tuvieran), y también es cierto que como estamos viendo estos días la no-violencia ejerce de salvavidas jurídico a los políticos a los que se quiere acusar de rebelión. Y por otro lado una situación similar se pensaba desde el lado constitucionalista: si hubiese un muerto o herido grave que se pudiese asociar a los constitucionalistas se perdería el hasta ahora unánime apoyo de la UE. Ya bastante complicado es justificar fuera de nuestras fronteras a gobernantes de democracias asentadas la prisión preventiva por más de un año de todos los políticos acusados como para encima que el gobierno tenga muertos o heridos a sus espaldas.
El contexto, en esta ausencia de violencia, ha sido hasta la fecha el enfrentamiento político entre un movimiento que se autodefine como pacifista (el independentismo) que tenía enfrente a un gobierno de tecnócratas de centro derecha (Rajoy, Soraya y otros abogados del estado que, digan lo que digan algunos independentistas, no son ni por asomo ultraderechistas). La situación más crítica desde ese punto de vista fue el 1-O, donde hubo heridos pero ninguno grave. Un 1-O que, por desgracia, a la derecha más cañí le pareció poca cosa. Dicha ultraderecha ha hecho durante el procés alguna aparición esporádica (agresión al fotoperiodista Jordi Borràs por parte de un policía nacional fuera de servicio, agresión a un cámara de Telemadrid por error, etc. ) pero no ha habido nada verdaderamente grave que lamentar, afortunadamente.
Algo ha cambiado desde entonces. Sí, el lector avezado ya sabrá por donde voy: o mejor dicho, por donde "Vox"... Desde hace un año ha surgido la misteriosa eclosión de Vox, que en las próximas elecciones generales va a ser la gran sorpresa, consolidando en el parlamento español dos grandes bloques: PSOE - Podemos - Independentistas - PNV - Bildu y otro gran bloque con el llamado 'trifachito', esto es PP - Cs y VOX. EL contexto que teníamos durante gran parte del procés, con ese gobierno español de tecnócratas de centro derecha no va a ser nada comparado con lo que vamos a oír a partir de ahora en el parlamento español. Casado y otros ya nos están dando un adelanto en esta campaña electoral.
Si fuérais una persona de "fuertes" convicciones nacional españolas, y hubiérais visto con hastío que todos estos años el gobierno español actuaba simplemente aplicando la ley contra los independentistas 'que van a romper España', ni más ni menos, ¿qué pensaríais si en el parlamento unos ultras dijeran que lo que hay que hacer es saltarse la constitución, cerrar TV3, aplicar el 155 permanente y meter en la carcel a los disidentes? Aplaudir, imagino. ¿Y qué pasaría si en ese contexto se produjeran, ahora sí, situaciones de violencia contra independentistas y podemitas? Esos violentos se sentirían respaldados por esa mitad del congreso, y no digamos por la policía española que ha demostrado últimamente que tiene entre sus filas a muchos elementos muy escorados a la derecha, por decirlo suave. Dicho de otra forma, ¿os imagináis a Casado y Abascal condenando una agresión ultra a unos manifestantes independentistas?
Vienen tiempos difíciles. Vienen tiempos de más violencia, y esperemos que, como se dice en catalán, 'ningú prengui mal' (nadie se haga daño). Lo que hemos vivido hasta ahora es, creo, la antesala de una época bien más difícil y oscura. Ojalá me equivoque.
Cronología de ataques de ultraderecha durante el procés:
www.media.cat/wp-content/uploads/2018/02/Annex_cronologiaok.pdf
Artículo de medio independentista sobre el primer muerto del procés
www.elnacional.cat/ca/opinio/jordi-galves-mort-proces_221571_102.html