Pedro Sánchez planteó en su discurso de investidura seis grandes retos para el Gobierno: Empleo y pensiones dignas, revolución digital frente a los desafíos tecnológicos, transición ecológica, igualdad real entre hombres y mujeres, lucha contra la exclusión social y resolver las tensiones territoriales tanto internas como externas.
El gobierno de España, independientemente del partido que lo encabece, tiene al día de hoy varios retos de igual o mayor importancia que los planteados por el señor Sánchez.
1. Hacer cumplir la Constitución española. La eterna utopía, o como dicen varios políticos, el programa electoral más ambicioso de toda la historia de España, y que a día de hoy sigue sin cumplirse. El debate del estado de la nación debería servir para eso, para revisar punto por punto nuestro documento legislativo más importante. Para eso están nuestros representantes y en los que recae el poder legislativo. Y para ello es necesario tener unos indicadores claros para evaluar cada artículo que la componen, poner las medidas necesarias para que se cumplan y actualizar lo que sea imprescindible de la forma que indica la propia constitución.
2. Aumentar el número de trabajadores en condiciones de calidad. España es la cuarta economía de Europa y la decimotercera del mundo y tener un paro tan alto está enlazado con la educación, la formación, el fraude fiscal, el bienestar y la jubilación en nuestro país.
3. Prevención, seguimiento y ayuda para atender las enfermedades mentales, tanto por razones endógenas, pero sobre todo por razones exógenas, que puedan terminar en suicidio. Los medicamentos más demandados en España son antidepresivos y ansiolíticos, y un país que anhela una alta calidad de vida no puede dejar de lado este dato.
4. Desinflar la burbuja política eliminando el senado, las duplicidades en la administración, fusionar ayuntamientos, limitar asesores, etc. más un control transparente de ingresos y gastos tanto a nivel nacional, autonómico, comarcal, de cabildos como de municipios de forma clara y sencilla en el que cualquier ciudadano pueda fácilmente investigar e informarse sobre cuánto y a dónde va el dinero público.
5. Garantizar el estado de bienestar mediante unos servicios públicos de calidad, calidad que desgraciadamente se está perdiendo progresivamente. La sanidad, la justicia o la educación deben contar con unos generosos servicios mínimos, y no puede ser cuestión exclusivamente del poder económico de cada ciudadano.
6. Fomentar la natalidad, la conciliación laboral y el desarrollo económico en todo el territorio español. No podemos conformarnos con vivir en grandes ciudades con una pirámide poblacional casi invertida dejando en condiciones indignas a nuestros mayores.
7. Rehabilitar a las personas sin recursos y excluidos socialmente. No debemos dejar en manos exclusivamente de las ONGs o de la caridad una responsabilidad que debería asignarse al gobierno. Si ya se hace en muchos sitios, y hasta con los animales, y con una extrema sensibilidad, no puede ser menos con muchas personas que viven en unas condiciones precarias e insalubres.
8. Aumentar el porcentaje de la clase media. Es el indicador más claro sobre la buena marcha de un país. La igualdad tiene que ser la misma en todos los ejes, tanto en el vertical como en el horizontal.
9. Fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación para los retos de hoy y del futuro en las áreas más necesarias: Sanidad, energía y el medio ambiente. Es un bien tanto para España como para el resto del mundo y que se traduce también en efectos positivos para el empleo o la educación.
10. Cooperar en el desarrollo de los países africanos. En un mundo globalizado no podemos quedarnos mirando a nuestro ombligo ante una desgracia de proporciones gigantescas como es la inmigración por supervivencia. España debe liderar y cooperar en acabar con esta tragedia y favorecer el desarrollo de nuestros países vecinos, que a larga pueden ser una oportunidad para los propios españoles.
Puede que falte aquí algún desafío que sea indispensable. El único propósito de este artículo es el de ser más conscientes de nuestra situación y evitar gobiernos cortoplacistas que solo piensan en su electorado y en el poder, pero desgraciadamente puede que nuestro mayor reto sea ese.