Desde que empezó este asunto, asisto atónito a las reacciones de la gente en uno u otro sentido. Recuperando viejos instintos tribales, nos aferramos a telas, que nos dan sentimiento de pertenencia a un grupo, orgullo, por qué no decirlo, sentimiento de superioridad incluso. Políticos que no escuchan y lanzan lo que sólo parece "algaradas" a su tribu, banderas en balcones, una peligrosísima espiral de odio en uno y otro sentido, que empieza a prender en demasiada gente.
El caso es que hay un punto de este tema sobre el que me parece que no se ha hecho ningún énfasis en la clase política, en la que parece que muchos han reaccionado de manera histérica e insensata. Incluso al más alto nivel.
Voy directo a lo que quiero exponer en este artículo. La primera, la única batalla que importaba en este conflicto, era la de la opinión pública catalana. Por algún motivo, la manera de actuar de los políticos españoles en los últimos lustros ha enojado lo suficiente a la gente allí como para que el deseo de nunca más estar relacionados con España haya crecido desmesuradamente. Después de la espantosa reacción del Gobierno español con respecto al referéndum del 1 de Octubre, probablemente ya sea de una mayoría absoluta.
Ese, y sólo ese, es el problema que existía aquí. El que ostenta el poder ostenta la responsabilidad, y los políticos españoles tienen la responsabilidad y la culpa de no haber sabido entender las demandas que venían de la sociedad catalana.
¿No tienen asesores y gente que les pueda ayudar a comprender? ¿A articular sistemas de convivencia? ¿En serio piensan que mediante la violencia, en esta época, donde la información fluye como nunca antes, van a ganar esa batalla, que vuelvo a repetir, es la única que importaba? Usando el símil de una pareja, ha sido como si ante una protesta por maltrato psicológico, y a una amenaza de separación, se hubiera pasado al maltrato físico. ¿Cómo pueden pensar algunos políticos españoles que la violencia nos va a llevar a algún lado en esta situación?
Paren, piensen por favor. Se lo ruego. Observen cómo se solucionó un conflicto similar entre Reino Unido y Escocia. Tolerancia, convencer, escuchar. ¡Demuestren que son dignos de la época en la que viven!
"Un gran poder implica una gran responsabilidad", decía Roosevelt. Demuestren que son dignos del poder que ostentan, y céntrense en la única batalla que importaba en este conflicto, que es escuchar, entender, y saber reaccionar ante las demandas de la sociedad catalana.