La crisis económica y social que se nos viene encima es brutal. Por eso me enerva la multitud de paños calientes que se están poniendo estos días para suavizar la realidad. Porque si algo nos ha demostrado la historia es que, cuanto más tarde somos conscientes del problema, más duro será el golpe. Pero aún estamos a tiempo de reaccionar.
Autarquía breve y controlada
Durante los dos próximos años - puede que tres o cuatro - el mundo va a estar cerrado y nosotros vamos a estar cerrados al mundo. Y no solo eso, sino que estaremos muy limitados. Os pongo ejemplos:
Restaurantes y aulas estarás limitadas al 50% de su aforo, como muchas otras actividades. El miedo (racional o irracional) limitará la movilidad y contraerá de sobremanera el consumo, entre otras cosas. La lista de actividades económicas y sociales que van a verse drásticamente afectadas es infinita, y eso no va a traer más que cierre de empresas, desempleo, pobreza y crisis de deuda. Pero hay un pequeño resquicio de solución, o al menos, de suavizar la curva de la crisis económica y social: practicando una autarquía por dos años y trasparente.
Se trataría de una activación de la economía en círculos. Primero, comenzando a consumir en los puntos más cercanos o "kilómetro cero" lo cual supone la optimización de recursos y el incremento de la confianza, además de fortalecer la economía local. De seguido, estableciendo relaciones con regiones próximas. Y mas tarde, abriéndonos a otros países de nuestro entorno controlado: Europa.
Durante este periodo, debería quedar el consumo de bienes y servicios extranjeros, en la medida que no supongan un deterioro estructural. Y deberíamos hacerlo incluso revisando las cadenas de suministro para analizarlas y buscar soluciones internas a nivel de producción y servicios. Es decir, aquello que hace falta, pero que netamente lo importamos, si se puede fabricar aquí, debe hacerse, aunque eso suponga que los dueños del capital ganen menos. Y si se van a Luxemburgo...por ejemplo...entonces prohibirles su vuelta, y que los recursos los ponga el tesoro del Estado, creando una suerte de red de empresas públicas, mixtas y cooperativas. Bueno, y por supuesto, premiando a los empresarios y emprendedores comprometidos con la causa. Es lo que yo llamo el "Plan Ratas Fuera".
El Plan Ratas Fuera
Durante décadas, las ratas del sistema han estado carcomiendo nuestro país. Unas muerden los cables de la solidaridad entre regiones (vease el agravamiento de las tensiones independentistas), otras deslocalizando empresas, otras jugando a los trileros, otras consiguiendo que los gobiernos reduzcan las cargas fiscales a los ricos, a costa de subírsela a los pobres. Otros manipulando, colocando a dedo y creando auténticas redes mafiosas de privilegios como la que "clubs" como el Opus Dei, ha tejido desde la dictadura hasta nuestro días.
Amenazan con irse con su dinero y sus empresas de España. Pero esa no es la cuestión. Es el pueblo español el que debe invitarles a irse, y prohibirles su retorno. Que ni sus "limosnas" y otros subterfugios les permitan jamás volver a aprovecharse de nosotros.
De dentro, hacia la unión con Europa y fin.
Os guste más o menos un país u otro de Europa, son nuestros primos y hermanos, y a lo largo de la historia, aunque como todas las familias, tenemos nuestras rencillas, ahí hemos estado siempre. Sin embargo de China, Rusia, EEUU, o Arabia Saudí ¿en serio te puedes fiar? Nos pasaría a cuchillo si pudieran, o lo peor, lo harán. Por eso es prioritario ponerles de una vez por todas un fuerte stop.
Esto es solo una idea, ni siquiera la única que yo mismo tengo, pero es una idea, y es distinta al argumento y discurso oficial y su oposición (que realmente son palmeros).
Al menos, todos deberíamos tener nuestras propias ideas, aglutinar esa diversidad, y después, colocar a líderes a la cabeza, capaces de gestionar y llevar a cabo las mejores ideas. Quizá aún no sea tarde...quizá....aunque mucho me temo que los paños calientes son más confortables.