Resurrección

Si han pedido regalos para estas Navidades, probablemente hayan pensado en aquello que es posible que alguien les pueda comprar o conseguir. En este mundo actual, a pocos se les ocurre pedir como regalo de Reyes lo imposible. Como mucho, quizá lo más arriesgado en lo que pensamos sea el deseo de que nos toque la Lotería. Quizá deban tener más confianza. Leía esta semana que 18 pacientes con mieloma múltiple, un cáncer de la sangre incurable, han visto remitida completamente su enfermedad tras la aplicación de un tratamiento experimental en el Hospital Clinic de Barcelona. Es decir, con ellos, lo que parecía imposible, se ha conseguido.

No ha sido ni suerte ni magia, sino investigación. El ARI-0002h, que es como se denomina la terapia, toma su nombre de Ariana, una chica que falleció con 18 años que ayudó a impulsar la investigación de la enfermedad antes de fallecer. Esta terapia forma parte de una nueva generación de tratamientos que ya comercializan dos farmacéuticas al precio de 300.000 euros. En este hospital público pensaron que se podían desarrollar a un coste más bajo, y así fue, porque el ya autorizado ARI-0001 -anterior al tratamiento experimental actual- cuesta 90.000 euros. ¡Ay, lo público!

Este hospital de Barcelona es público ¿lo he dicho ya, no? y es uno de los centros de investigación más relevantes de Europa, estando ligado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. Sin embargo, es un centro hospitalario que ha sufrido y sufre los mismos problemas que toda la sanidad pública en estos tiempos complicados. En concreto, en el Clinic hay además serios problemas de espacio para desarrollar su labor investigadora junto a su día a día en la atención. 

Con más o con menos espacio, pero con toda la profesionalidad, ha quedado demostrado que no cesan en su empeño. Con uno de los pacientes en los que se ha obrado el milagro de la investigación, Joan, de 67 años, se emprendía el quinto tratamiento a la desesperada, fue una última oportunidad cuando todo parecía perdido. “Yo, en otros países, y no me refiero al Tercer Mundo, ya no estaría aquí”, dijo a la prensa. ¿Comprenden ahora el título de este artículo?

En estos tiempos en los que tanto se habla de una única enfermedad de la que será la investigación la que nos salve, la ciencia tiene múltiples campos abiertos que las administraciones no pueden olvidar. Sé que hay que priorizar, pero si España con una inversión en ciencia alejada de las grandes potencias obra tan habitualmente noticias de este tipo, me hace pensar que se puede conseguir mucho más. 18 de los 30 pacientes que recibieron el ARI-0002h han conseguido esta resurrección y puede que a partir de ahora sean muchas más. Ellos se llevaron la mala suerte de caer en las redes del cáncer, pero ahora estuvieron en el lugar y en el momento apropiado para obtener la solución. Es decir, para bien y para mal hubo una buena porción de azar. En salud, es la investigación lo que convierte la suerte en seguridad, seguridad que se gana con profesionales y equipamientos, es decir, con inversión. Señores políticos, en la semana de la Lotería, que no se les olvide que una buena porción de los impuestos debe ir a nuestros investigadores, es lo que pido estas Navidades, aunque también parezca imposible.