Un principio metodológico que debe considerarse siempre para plantear hipótesis en ciencias sociales consiste en preguntarse quién se beneficia con cada hecho, decisión o acción. Apliquemos este principio sobre los últimos acontecimientos en las relaciones internacionales.
¿Quién sale beneficiado? ¿Podía dicho agente pensar, previamente a los hechos, que podrían favorecerle en caso de ocurrir? Si es así, ¿intentó propiciarlos? Veamos el balance de ganancias y pérdidas de los actores que tomaron decisiones de relevancia en lo que respecta al desarrollo de los acontecimientos actuales:
EEUU
Ganancias:
- La UE se ha alejado definitivamente de Rusia a todos los niveles.
- La UE ha roto relaciones comerciales con Rusia salvo las imprescindibles para su propia supervivencia.
- El Nord Stream 2 queda suspendido sine die.
- El consumo de gas licuado estadounidense por parte de la UE no solo se mantendrá, sino que aumentará
- La OTAN vuelve a tener sentido, ha apretado las filas y se han acallado las voces internas que denunciaban su inutilidad y servilismo proamericano.
- La UE va a aumentar el gasto militar, lo cual reduce los recursos que EEUU deberá destinar para mantener su "protección" y al tiempo aumenta su venta de armas a la UE.
- Un rival geopolítico, Rusia, de gran importancia en el megacontinente euroasiático queda trabado en una guerra costosa y además sufrirá sanciones de todo tipo que hundirán su economía y su influencia durante años.
- Veto a un competidor comercial en numerosos productos.
Pérdidas:
- Rusia se acercará más a China, el rival geopolítico global de EEUU, por lo que EEUU no podrá usar a Rusia para aumentar el cerco y la presión contra esta, al menos en principio. Sin embargo, esta pérdida es subsanable, pues EEUU puede atraer a Rusia con acuerdos de eliminación de sanciones y definición de zonas de influencia: "te quito lo que previamente te he puesto y encima salgo ganando".
- Efectos secundarios de las sanciones a Rusia y posibles represalias económicas y comerciales.
Unión Europea
Ganancias:
- Aumento de la influencia y liderazgo a nivel global a través de la defensa de la legislación internacional y el apoyo de la legítima defensa de Ucrania y su soberanía.
- Veto a un competidor comercial en algunos productos.
- Repliegue ideológico, caza de brujas y cohesión en torno al proyecto de las élites europeas.
Pérdidas:
- Potencial pérdida de un suministrador de gas y petróleo con condiciones ventajosas. Rusia tratará de vender el gas a cualquier otro país fuera de la UE. El proceso de desacoplamiento tardará años, pero es esperable que se acabe produciendo.
- La inestabilidad y la incertidumbre generadas han aumentado el precio del gas y el petróleo y además el gas tendrá que adquirirlo masivamente a través de buques, mucho más caros.
- Pierden un socio comercial muy importante y un mercado de más de 100 millones de consumidores.
- La recuperación postpandemia queda truncada y sumida en un escenario de estanflación: aumento de precios y estancamiento. Esto supondrá el empobrecimiento de la población por partida doble: aumento del desempleo y reducción del salario real por el aumento de los precios.
- Gastos de todo tipo para favorecer a Ucrania y perjudicar a Rusia.
- Efectos secundarios de las sanciones a Rusia y posibles represalias económicas y comerciales.
- Se agrava la dependencia estratégica y comercial de EEUU.
- Aumento del riesgo de sufrir represalias militares de índole nuclear.
Rusia
Ganancias:
No hay ganancias actuales, pero sí potenciales, aunque muy inciertas, pues dependen del desarrollo de la guerra, la situación económica y política interna de Rusia y finalmente de las negociaciones con Ucrania y los países de la OTAN una vez concluida la guerra.
- Posible neutralidad de Ucrania. Que quede firmado que nunca entrará en la OTAN ni que esta seguirá expandiéndose hacia el este.
- Posible anexión de algunos territorios, como el Dombás y el corredor adyacente hasta Crimea.
- Posible recuperación de prestigio militar y las consecuentes ventas de armamento a terceros países.
- Ayuda de China. Más que una ganancia, es una compensación parcial de sus costes, pero lo incluyo aquí como posible aumento de su ayuda y otros acuerdos ventajosos. La realidad es que no le interesa acercarse mucho al sol abrasador chino, pues China podría aspirar a colonizar y controlar Siberia en el futuro.
Pérdidas:
- Costes directos e indirectos de la guerra.
- Costes derivados de las sanciones sufridas.
- Pérdida de reputación internacional por la agresión.
- Desafección de aliados y socios por el riesgo de exponerse internacionalmente como prorrusos.
- Desafección interna y cuestionamiento de liderazgos e instituciones. Posible inestabilidad política futura, salvo victoria clara y objetivos cumplidos.
De todos estos actores, vemos que el único que gana netamente es EEUU y, aunque no se estuviera de acuerdo en el análisis, sí queda claro que es el actor que más gana y menos pierde de los tres. Sin embargo, eso no significa que EEUU sea el responsable indirecto de esta situación. Para considerar tal cosa, tendríamos que observar en los hechos pasados que los estrategas de EEUU 1) eran conscientes del balance positivo de ganancias frente a pérdidas y que 2) actuaban intencionadamente para lograr acontecimientos que condujeran a la realización de esa contabilidad.
Podemos asumir que la inteligencia de EEUU es lo suficientemente buena como para haber calculado (1) entre otras posibilidades. Por otro lado, los hechos pasados muestran (2), puesto que EEUU buscaba poner a Rusia contra las cuerdas con su constante expansión de la OTAN hacia el este. Animaba a Ucrania y le daba esperanzas, pero avisaba de que no protegería este país ante una agresión. De haber anunciado algo parecido, Rusia se habría visto desincentivada a iniciar una guerra, pues pocos se embarcan en una guerra que saben que van a perder. Así, poniéndole en bandeja la entrada militar en Ucrania, EEUU sedujo a Rusia con la esperanza de que cayera en la trampa para conejos. Una zanahoria grande es atractiva, pero puede ser indigesta. Por su parte, la UE también daba esperanzas de su futura integración y hacía el papel de carabina de EEUU, como era de esperar y aun a pesar de sus intereses. Ante la expansión de la OTAN, la UE solo tenía dos opciones: apoyarla o rechazarla, lo cual la habría enemistado con EEUU. En cuanto a Rusia, solo tenía dos opciones: aceptarla o bloquearla. Cualquiera de ellas le suponía una pérdida neta.
Una de las posibilidades esperables era que Rusia no hiciera nada, por lo que en ese caso EEUU ganaba la expansión de la OTAN, con todo lo que ello implica a nivel de dominio militar y la probable occidentalización de los países asimilados en términos económicos. Ese paraguas de seguridad favorece la llegada de empresas occidentales y la integración en mercados que ofrecen múltiples beneficios a las transnacionales originales de EEUU y los países de Europa occidental. La otra posibilidad era la que se ha cumplido: que Rusia respondiera. La respuesta más o menos airada de Rusia permitiría a EEUU volver a cohesionar la OTAN y, en definitiva, todo lo que he analizado como ganancias. Es decir, EEUU solo podía ganar y simplente ha trabajado para maximizar sus ganancias, lo cual ha logrado por completo.
En conclusión, EEUU ha desplegado con los años una estrategia con la que solo podía ganar. Puso la miel en los labios de los ultranacionalistas que tienen el poder en Rusia, nostálgicos de su pasado imperial, y estos han caído en la trampa para conejos. La UE, por su parte, ha hecho exactamente lo que EEUU esperaba que hiciera y ha actuado contra sus propios intereses. Oportunidad perdida y riesgo nuclear.