En todos los años que llevo de vida en este planeta no recuerdo ni una sola vez que me haya dicho: ¡Chapó! ¡qué interesante lo que me ha dicho esa persona!... Ni... ¡fantástico! he aprendido algo nuevo gracias a esa persona!
No!, todo lo que he aprendido y todo lo que me ha parecido interesante lo he encontrado en los libros, en las películas, en las páginas web y demás ingenios compresores, sintetizadores y ordenadores del conocimiento humano.
Con los rigores del verano, a veces me veo en la necesidad de entrar en un bar a tomar un refresco, me siento y en la mesa de al lado, de forma invariable, hay una persona verborreica disparando 4 palabras/s sin apenas pausas para respirar. A veces es peor: hay 2 personas verborreicas pisándose mutuamente (esto incluso creo que se ve en los programas de Ana Rosa que más parecen un gallinero que otra cosa).
Encima el volumen aquí en España no es como en otros países de Europa. Aquí hay que gritar para que te oigan hasta en las antípodas y tu voz de varias vueltas al planeta tierra. Como decía Jaume Perich, la estupidez también se mide en decibelios.
Por supuesto, el contenido de esas verborreicidades es nulo, pero eso no impiden que no tengan fin. Así que hago mi consumición rápido y me voy.
Pero es que hay algo peor todavía:
Supongamos que yo tuviese la oportunidad de hablar con la persona considerada como la más interesante del mundo. Voy a poner un ejemplo, pero pueden haber muchas otras personas.
En mi caso, como soy de formación científica, voy a suponer que tuviese la oportunidad de hablar con Albert Einstein:
Estoy convencido de que nos decepcionaríamos mutuamente:
Que yo le decepcionaría a él, es obvio y no lo voy a comentar.
Lo que no es obvio es que él me decepcionaría a mi y eso sí merece un comentario:
Las conversaciones improvisadas de las personas están desestructuradas, llenas de incisos, paréntesis, idas por los cerros de úbeda, mezclas de churras con merinas, o de tocino con el pepino, etc, etc.
Una buena Conferencia, sin embargo, no es improvisada y está bien estructurada como un buen libro o una buena película
De hecho, cuando Einstein plasmó su genial Teoría de la Relatividad fue invitado por varias Universidades a que diera charlas magistrales, los decanos y rectores de esas universidades estaban en primera fila en esas clases repletas hasta la bandera.
Nadie sacó nada en claro. El conocimeinto experto de Einstein no era verbal, sino matemático y tuvieron que pasar muchísimos años depués de la formulación de la relatividad para que comenzasen a aparecer los primeros textos que permiten explicar la relatividad de forma verbal y entendible para todos.
Pero volvamos a la realidad pura y dura. ¿Por qué la verborrea campa a sus anchas por todos lados?, ¿Es una enfermedad?, ¿Es la manifestación de un virus que llamaremos verborrea-22?
Vivimos en un país en que hasta los perros tienen verborrea: te vas de senderismo por eso de que es sano, el camino pasa a pocos metros de un chalé y ya los tienes ahí: GUAU, GUA, GRRRR, GUA, GUA... con esa verborrea infinita e insulsa que intenta decirme que el camino del senderista no es público y que también forma parte de una propiedad privada.
O... Suena el móvil de mi pareja, lo coge y se queda esclavizada durante horas soportando la verborrea infinita de una "amiga".
Y así seguimos y seguiremos con algo que parece no tener cura, y de lo que parece no haber mucha conciencia en este país...
Y ahora, ¿vamos con el bla, bla, bla?...
Venga, vamos...