Vivo en España, por tanto, conozco la picaresca, la he sufrido y en cierto modo también me ha ayudado.
Todos, o la gran mayoría, intentan aprovecharse primero de la situación en concreto y después (a veces mas eficaz) de la persona objeto. No atribuyo esto a la maldad, a algo premeditado y pensado durante noches en una alcoba poco iluminada sino a algo mas sencillo ¡Supervivencia!
Hasta ahí bien, es algo normal en la sociedad, el problema como individuo viene cuando un sujeto lo suficientemente espabilado como para darse cuenta de semejante chance, de esa desventaja posicional en la que es evidente un aprovechamiento, accede a tan miserable derrota emocional. El "karma" tan de moda en nuestros días es la excusa barata perpetrar buenas acciones diarias. Por supuesto acciones que no suponen un gran gasto de energía y medios para quien la ejecuta pero que alivian desmesuradamente sus ansias de ser buena persona, que le dejaran un regusto dulce en el paladar antes de ir a la cama. Este yoga buenrrollista es practicado por falsos y personas diminutas en su ser que no saben lo que de verdad es ayudar al prójimo.
Pero, ¿Acaso es mejor ser un pánfilo que no sabe decir "no" para agradar a los demás, que quizás hace mas de lo que debería en socorro de la humanidad y que por ello espera algo de aquellos a los que ayuda? No, no es mejor ni por asomo pues esos se sentirán mil veces decepcionados en sus vidas. Es sencillo. La personalidad. El concepto de gratitud difiere según la persona, como la idea de lealtad o la idea del deber.
La ayuda desinteresada del "Ned Flanders asocial" no es tan desinteresada pues en lo más profundo una pequeña parte de él espera socorro cuando vengan mal dadas porque tiempo atrás hizo favores. Además de una mano extra en épocas futuras hay otros factores como son las ganas de gustar, de ser reconocido, también subyace un gran sentimiento de la justicia, de los cánones establecidos y del no hagas lo que no quieras que te hagan a ti. En el otro lado del ring encontramos el que está dispuesto a sacar provecho de todo y de todos, y estos, señores, ganan por goleada.
Toda amistad es cambiante, solo el interés personal es constante, así las cosas, no resulta extraño una puñalada en la espalda al poco de girar. Por tanto lo mas inteligente es hacer lo mejor para uno mismo reparando en escasas excepciones de quien sabemos que no nos fallaría. Saber decir "no", refrenar esas ansias de ayudar para poder ser ayudado.