Acabo de leer el artículo del citado profesor (aquí el enlace: www.meneame.net/story/carta-profesor-agustin-estrada-pena-ex-entrenado) y creo que es inexacto en varios puntos que conviene aclarar. No es que sea incorrecto en general, pero sí deja lagunas suficientes, sobre todo en los campos que caen más lejos del área de trabajo de este científico. Porque más dañina es una verdad a medias que una burda mentira, he ordenado mis ideas y me propongo explicarlas aquí.
Premisa 1) Se actuó tarde porque los chinos mintieron.
Aquí hay que separar dos conceptos diferentes que otros usuarios como @jabiertzo ya lo han hecho más profundamente que yo. Uno es el de la actuación de las autoridades de Hubei y otra la del gobierno chino. Ha quedado más que demostrado que se intentó silenciar los primeros avisos de la posibilidad de estar frente a una epidemia, razón por la cual cuando el gobierno intervino cesó a muchos responsables de la ocultación. Pero no es menos cierto que tras estos primeros días Pekín actuó con firmeza, responsabilidad, y lo más importante, con éxito.
En todo este periodo tanto la OMS como la comunidad mundial tuvieron acceso a toda la información y métodos de trabajo que se implementaron tanto en Hubei como en el resto del país. Afirmar que han muerto decenas de miles (o cientos de miles, o millones) de chinos es sencillamente desconocer la realidad de la China de hoy en día. En una sociedad tan tecnificada y abierta al comercio exterior es imposible silenciar a toda la gente para evitar el flujo de información. El control que ejercen las autoridades chinas sobre internet y los medios de comunicación no es tan férreo como muchas veces se cree en occidente.
Es posible controlar (hasta cierto punto) la entrada o salida de información, siempre que esta sea muy concreta y afecte a un número no demasiado amplio de elementos, por tomar un ejemplo conocido, el incidente de Palomares. Pero si se produce un hecho que afecta a millones de personas, la información acaba fluyendo más temprano que tarde. Los medios de comunicación nacionales son susceptibles de ser controlados, pero no los internacionales ni las páginas web. De igual manera, la URSS no podría haber silenciado el accidente de Chernobyl aunque no hubieran saltado los detectores de radiación en occidente. Algo tan gordo tarde o temprano se sabe. Y se filtra. La alternativa es un cierre hermético de fronteras (también para el comercio) y una desconexión total de internet. Y nada de eso ha pasado.
Los modelos matemáticos de fallecidos/infectados a lo largo del tiempo tampoco muestran una aberración significativa. Que la tasa de mortalidad sea más baja que en otros países también puede ser explicada por el factor de una región infectada y todo el resto del país ayudándola (el principal fabricante del mundo, al que tampoco le faltan médicos), y por las adecuadas medidas que han evitado un segundo brote epidémico.
En conclusión, no hay datos verificables para sostener esta premisa, más allá de que una respuesta más rápida de las autoridades de Hubei y Wuhan podrían haber reducido mucho la propagación, que para el caso es lo mismo que decir que si al paciente cero le hubiera caído un piano encima después de atracarse de murciélagos a la parrilla no tendríamos ahora una pandemia.
Premisa 2) Se actuó tarde porque los científicos no sabían bien a qué se enfrentaban.
No hay que olvidar algo importante, la decisión de decretar el confinamiento fue una decisión política tomada por políticos. Políticos que son asesorados por científicos...entre otros muchos asesores. Hace falta tiempo, consenso y escuchar a muchas opiniones para tomar una decisión tan trascendente. Muchos informes que han de ser leídos, muchos análisis que hay que considerar y muchas proyecciones de daños que hay que evaluar.
Pese a no conocer del todo bien a qué nos enfrentábamos, sí que se conocían datos muy importantes por las experiencias de China y en menor medida de Italia (los daños al sistema respiratorio, la curva exponencial de contagios, la alta tasa de recuperación de los pacientes con acceso a una buena atención sanitaria, el método de contención por confinamiento, la propagación por vía aérea...). Datos suficientes como para saber más o menos cómo es tu enemigo. Es como la primera vez que aparecieron los tanques en la guerra; el enemigo no sabe todas las características técnicas o puntos débiles de las máquinas pero enseguida emplea tácticas para mitigar los daños que pueden causar hasta encontrar (y proveer a su ejército) de las armas necesarias para inutilizarlos.
En concreto aquí nos enfrentamos a un equilibrio entre una emergencia sanitaria y una emergencia económica. Hay que actuar para paliar la primera tratando de dañar lo menos posible a la economía. Y hay muchos sectores que influyen para tratar de reducir los daños económicos para las empresas, los trabajadores, el estado y la sociedad en general. Empezando por los responsables del Ministerio de Economía, que velan por la buena marcha de esta.
El responsable de tomar una decisión así, debe de valorar todas las opiniones y saber con la mayor exactitud posible las repercusiones posibles para cada caso. A algunos nos hubiera gustado que se actuara con más audacia, pero habían muchos factores que jugaban a la contra, más allá del evidente de los daños económicos derivados del parón de la actividad.
Uno fue la aparición simultánea de varios focos cuando a finales de Febrero se manejaba un escenario mucho más controlable basado en la trazabilidad de los casos detectados. En poco tiempo se vio que iba ser imposible implementar una solución de confinamiento regional, porque además los diferentes focos surgieron en las zonas más pobladas e interconectadas de España. Es sencillo aislar La Gomera, más difícil pero factible aislar Cantabria, pero es imposible aislar todos los focos que surgieron en apenas una semana. Quedaba descartada una solución estilo Hubei, que probablemente era la siguiente opción del ejecutivo, y esto se supo con muy poco tiempo para reaccionar.
Las experiencias pasadas tampoco ayudaban; más que de la crisis del ébola (cuya gestión fue un despropósito) me acuerdo de la de gripe A, que movilizó a ingentes recursos del estado para algo que al final nunca llegó.
La presencia de un gobierno de coalición sin mayoría clara es algo positivo para equilibrar rasgos absolutistas como los que se dieron en los gobiernos de Felipe González, José María Aznar y Mariano Rajoy, pero ante una situación como la de ahora no invita a decretar el estado de alarma sin un mínimo de consenso, consenso que no se dio hasta días antes del 14-M.
Añádanse a estos factores secundarios el inevitable retraso provocado por la burocracia y los intentos de coordinar una respuesta común de la eurozona.
En conclusión, que los científicos no supieran bien a qué se enfrentaban es sólo una pequeña parte del cúmulo de factores que retrasaron la decisión, y ni siquiera de las más relevantes porque sí se sabían ya muchas cosas de esta epidemia.
Declarar el estado de alarma y el confinamiento el 14-M fue tan necesario como inevitable. Para el resto de aspectos técnicos y médicos que aparecen en el artículo del profesor Estrada-Peña sólo tengo aplausos para ellos; me parece un muy buen articulo...salvo en las conclusiones anteriormente dichas.
Y ahora, voy con la matraca del 8-M:
Los políticos a veces son increíblemente obtusos para algunas cosas, pero para manipular sentimientos y para evaluar las tendencias de pensamiento social son unos hachas. Ellos y el ejército de sociólogos y asesores que tienen detrás. Todos ellos, izquierdas, derechas, nacionalistas, independentistas....Hasta el PACMA.
Nadie con dos dedos de frente (y gente como Pedro Sánchez o Pablo Iglesias son muy perspicaces en estos temas) antepone un acto como el 8-M a la seguridad ciudadana. Acto al que recuerdo se sumó tanto el PP como C's y la mayoría de los conservadores europeos, tanto en el gobierno como en la oposición. Y si alguien cree que no es por anteponer el sentido común a la ideología, ahí va otro argumento todavía mayor si cabe: el cálculo político.
¿En qué beneficia a los partidos de gobierno que se retrase una semana (no un día, ¡una semana!) la proclamación para aparecer en un acto feminista, al que también se suman PP y C's? En nada. Nada en absoluto. Les perjudica gravemente. Y los políticos son expertos en calcular eso, el daño político de las decisiones.
El problema está en que la actuación de ciertos sectores del movimiento feminista, que han conseguido influencia en ambos partidos, produce bastante rechazo a muchos españoles, empezando por la que yo calificaría como pésima y muy mejorable LIVG. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que el 8-M (que es un movimiento mucho más amplio que ése sector del feminismo) quedaba cerca, pues a soltarlo a viento y marea a ver si cuela. Y he de deciros, a los que creéis firmemente en esto, que no. No cuela. Y que a fuerza de repetirlo sólo hacéis que quedar como unos fanáticos. Vosotros veréis.
Desarrollar más esto da para otro artículo, quizás me ponga a ello un día de estos.
Un saludo y a cuidarse mucho!