La independencia catalana es el "mar para Bolivia" europeo

Hace tiempo dejé de entrar a Menéame con frecuencia, por muchas razones, sobre todo por el mal ambiente que se respira aquí desde hace rato pero hay un tema que todavía me llama la atención que es el de Cataluña. Siempre me ha llamado la atención su cultura, el humor, la gastronomía y sobre todo su idioma, pero en general, me gusta informarme sobre política internacional. Lo digo porque estamos acostumbrados a ver propaganda españolista, generalmente de derecha contra las pretensiones catalanas, con un cierto anticatalanismo detrás pero la verdad es que en mi caso no me motiva nada de eso. Veo el tema desde fuera, con subjetividad obviamente pero sin mucho apasionamiento (que me da igual si se independizan o se quedan en España).

A mi modo de ver el tema de la independencia catalana se parece un poco a cierto tipo de reivindicaciones que, siendo de un carácter muy emotivo para la población de una región, tienen una resolución imposible o casi imposible dado que dependen de un tercer actor (soberano, al que no pueden obligar a hacer lo que quieren).

En Chile (que es de donde soy y donde vivo) hemos tenido hace muy poco tiempo el fallo del litigio internacional ordenado por el Estado de Bolivia. Chile y Bolivia no tienen relaciones diplomáticas hace décadas a pesar de ser países vecinos y todo debido a una demanda territorial basada en los resultados de una guerra que ocurrió hace más de 100 años. Debido a los resultados de esa guerra Chile ocupó territorio boliviano y se estableció en él, por lo cual se firmaron tratados de límites y se entregó una compensación. Ahora bien, esto no tiene nada que ver con lo que pasa en Cataluña, pero ahora viene lo relevante: Durante el siglo XX varios gobiernos bolivianos, de todo tipo de tendencia política han procurado acercarse a Chile y negociar para obtener una salida al mar. El problema es que entregar una parte de tu territorio soberano no es algo popular en ninguna parte del mundo.

En los gobiernos de Evo Morales, esta exigencia de una salida al mar se ha llevado al extremo generando una gran tensión entre Bolivia y Chile a pesar de que la diferencia militar entre ambos hace prácticamente imposible vislumbrar un conflicto real. La estrategia ha sido netamente comunicacional y diplomática hasta llegar al punto del litigio en La Haya. En él Bolivia buscaba legitimar de manera definitiva su petición ante el derecho internacional. El problema es que perdieron el juicio. No ganaron nada y generaron una desconfianza aún mayor de parte de Chile y el descrédito internacional.

El "conflicto catalán" en tanto, no es una cosa nueva, viene de hace bastante tiempo pero quizás nunca se había podido explotar tanto políticamente como en el siglo XXI al punto de crear partidos cuyo programa político revuelve alrededor de la independencia, la que se vende como la solución a todos los problemas de la sociedad. Al igual que en el caso anterior, la demanda no se exige por la fuerza de las armas pero no por eso deja de generar daños en la sociedad. La sociedad catalana está fragmentada entre los que quieren ser una nación independiente y los que no, y el rechazo mutuo entre catalanes y españoles del resto de la península es un asunto delicado. El punto más álgido fue el 1 de octubre del 2017 con el referéndum y con una posterior declaración de independencia testimonial y la subsecuente persecución de los políticos relacionados con ella.

Lo que me sorprendió para mal hace pocos días es darme cuenta que el gobierno catalán continúa exigiendo un referéndum y hacer cumplir la declaración de independencia, amenazando ahora con involucrar actores internacionales. Habiendo visto desde fuera cómo terminan estos asuntos y cómo fragmentan a la población cabe preguntarse si esto da para más o si va a ser una decepción similar a la de los bolivianos con el fallo de La Haya.

En Bolivia el ambiente se ha vuelto en contra de Evo Morales haciendo que la tradicional unión en torno a la postura de Estado respecto a recuperar la salida al mar se rompiera finalmente. Hoy Morales está en la cuerda floja e incluso líderes que le acompañaban le han dejado de lado, para que caiga solo.

Lamentablemente creo que lo mismo va a pasar con Cataluña. No puedes independizarte de un país que no quiere dejarte ir (a menos que tengas las armas para defenderte) y fundar proyectos políticos basados sólo en esa premisa sólo termina dañando la confianza que las personas tienen en la política, una vez que se den cuenta que el objetivo prometido era imposible de cumplir.