El viernes Jordi Évole entrevistó a Carles Puigdemont, siendo emitida dicha entrevista ayer domingo por la noche, a una semana de la fecha prevista del referendum.
Varios medios se han hecho eco de algunas contradicciones de Puigdemont, especialmente de que en el 2014 votó en contra de los referendums de autodeterminación del Kurdistan y del Sahara. Hubo otras contradicciones como cuando los Mossos retiraron urnas del multireferendum también hace 3 años de gente que quería votar porque en democracia lo normal es votar. ¿No? Para Puigdemont depende de cuantas personas haya en la cola.
Evitó Puigdemont afirmar que desobedecía la Constitución, y aunque habló del derecho internacional de los pueblos a la autodeterminación, omitió que ese derecho se aplicaba a colonias y territorios ocupados militarmente.
Aunque para Puigdemont no había ni un sólo caso de desprecio hacia los otros catalanes, un video de Carme Forcadell, presidenta del Parlament, lo dejaba en evidencia.
Sobre todos estos puntos , y otros mas se podría redactar un extenso artículo, pero a mi me preocupa otro punto y es el de la mayoría cualificada.
Decía Évole que para nombrar o destituir cargos en TV3 se necesitaban 90 parlamentarios, mientras que ellos habían decidido tirar adelante las leyes de desconexión con sólo 72. Según Puigdemont "era la única forma de hacerlo", pero Évole le recordaba que había otra manera : Obtener los 90 escaños necesarios en unas elecciones.
Y este ese ha sido siempre el problema. Los 72 escaños son el resultado de la suma de 3 visiones políticas diferentes (una de derechas, otra de izquierdas y otra antisistema), que apenas sumaron entre las tres el 47% de los votos, aunque si tengan la mayoría parlamentaria.
Una mayoría no cualificada está diciendo al mundo quienes somos y que queremos los catalanes, y aunque obtengan el 90% de los votos del referendum que ellos convocan seguirán sin ser los votos de una mayoría cualificada de catalanes. Decía ayer Puigdemont que un 15% de participación le bastaría para actuar unilateralmente.
El independentismo vive en su propia realidad, en una burbuja en la que todo es opresión, falta de libertad y estado de excepción.
Yo no dudo de que se estén produciendo intervenciones en algunos puntos, pero en las últimas 2 semanas sólo he visto un coche de la Guardia Civil. Salgo a pasear a mi perro, he ido a comer una hamburguesa, al IKEA, voy a trabajar, etc. y no estoy en un estado de excepción. No he visto ni un sólo control. Y no digo que no los haya, si no que no son lo habitual para millones de catalanes, si no la magnificación de algo que ocurre en puntos concretos.
Hay que preguntarse si en los puntos de conflicto se producen ilegalidades, y si para que no se cumplan se producen intervenciones no sé si desproporcionadas o no. Es como cuando para detener a un traficante intervienen 5 coches patrulla. ¿Vive el traficante en un estado de excepción? ¿Eran necesarios 5 coches patrulla?
Como señalaba Évole hay una solución : Unas elecciones en las que se obtenga una mayoría cualificada. Todo lo demás es fracturar la sociedad. Si llegan a esa mayoría entonces nos tendremos que plantear otras preguntas y habrá más argumentos a favor de la legitimidad, pero mientras los que defienden que este va a ser un referendum democrático hacen un flaco favor a la democracia.