Yo acabo de probarlo. Me he leído, con buena comprensión, un documento de 14 páginas. No estaba con la letra muy apretada y tal. Pongamos unas tres mil palabras.
Y todavía hay quien me quiere sustituir eso por un vídeo.
Pues no. No trago. Si la información viene en vídeo, paso. Que aguante su padre al que me impone el ritmo, la musiquita y la chorrada, con chistecillo y repetición. Si las tonterías que me suelta el del vídeo me las encuentro en un texto, lo salto automáticamente y listos.
De hecho, he realizado un experimento: hay vídeos de Youtube transcritos, y lo que es un vídeo de una hora, se convierte en 15 minutos de lectura, o incluso menos, porque te saltas cuando quieres las partes que no te interesan.
Y sin embargo, Google, Facebook y demás monstruos, siguen empeñados en dar prioridad a los resultado en vídeo. ¿Por qué? Hay varias tesis, pero creo que es porque consumen más tiempo, y su algoritmo intenta maximizar el tiempo que permanecemos en sus plataformas. Da igual para qué. Da igual cómo. Pero mientras estés aquí no estás en otro sitio, y mientras estés aquí tengo una oportunidad de calcarte otro anuncio o lo que se me ocurra.
No ´sé cómo lo veréis vosotros, pero a mí me parece, en muchos casos, hasta de mala educación que me quieran contar algo mediante un vídeo. No está bien imponer a los demás tu ritmo. No está bien imponer a los demás el tiempo que tienen que dedicar a encontrar la información que les prometiste. No está bien ocupar cinco minutos los ojos y los oídos de alguien, a la vez, a cambio de algo que se puede escribir en cinco líneas.
Cosas de viejunos, supongo.