Esta noche canta mi mendiga y canta como siempre, dice que tiene la vida perdida. ¡Pero cómo canta mi mendiga! primero a voces y luego llora. Vive en un local de una calle madrileña, donde beben, cagan y mean. Me gusta que me cante mi señora mendiga, pero eso será, hasta que llegue la policía. ¡VIVA MEXICO! grita la mujer, que tiene una soplona de alambique, se mete en el local y se duerme. Descanse usted señora, mañana será otro día igual de borrachera a morir. ¡Qué lástima siento de esta mujer, que se ha zambullido en la locura! No hubo espacio para ella. Tal vez, no supimos dárselo; para ella. Aun así, cómo canta mi mendiga.