Como soy de los que no temen equivocarse, precisamente por mi poca autoridad y nulo alcance público, voy a hacer una apuesta, por escrito y con tiempo, de cómo va a acabar el tema de la famosa ley de amnistía para todo el procés y asimilables.
Creo que en unos meses, y no serán pocos, con la impagable colaboración del PP y su filibiusterismo en el Senado, se conseguirá votar una ley de amnistía que perdone todos los casos abiertos hasta ahora por los diversos delitos que se han achacado al procés.
Si, con suerte, se aprueba esa ley, cosa que considero bastante probable aunque no segura, acto seguido PP y VOX llevarán la ley al Constitucional por media docena de motivos, desde que rompe la seguridad jurídica a que las amnistías de este tipo están prohibidas por la Constitución. Lo que sea. Pero un saco de motivos.
En el Constitucional, el PSOE tiene mayoría absoluta, pero coño, sorpresa, el Constitucional declara incosntitucionales varios aspectos de la amnistía, no todos, y lleva el asunto a la casilla de salida. Sorpresón en las Gaunas.
Para entonces, Pedro Sánchez tendrá ya aprobados unos presupuestos, que podrá prorrogar tranquilamente, y tendremos elecciones allá a mediados o finales de 2025. Y no fue cosa suya, joder, que fue el Constitucional. Y el que quiera ganarle una moción de censura, que se junte con el PP y VOX si tiene huevos.
Nada de amnistía. Dos o tres años de patada a seguir, y risas en Moncloa a mandíbula batiente.
¿Alguien se atreve a hacer otro pronóstico?