En la DGA presidida por Jorge Azcón cohabitan tres gobiernos distintos y descoordinados, sólo les une la exaltación de la bandera española, pero cada partido (PP, Vox y PAR) mira sólo por los intereses privados de ‘su gente’, de ‘sus amigos’. La gestión política del Gobierno de Aragón es un “esperpento” que tuvo un episodio “lamentable” en la tramitación de la ley de impuestos a las renovables, en la que los socios de Azcón rompieron la unidad del gobierno dejándolo solo y en minoría.