El libro, publicado en 1983, de llama "La canción del pirata", y no, ¡no es el poema de Espronceda! La historia tiene lugar a finales del siglo XVII, cuando nace en Cádiz el protagonista. La ciudad, antigua y todavía con últimos vestigios visibles de ruinas romanas y fenicias, bulle de actividad mientras compite con Sevilla para arrebatarle el privilegio de ser el puerto que comercia con América. Grandes señores, mendigos, caballeros, adivinas, prostitutas señoriales, criminales, tahúres de olvidados juegos de naipes, canalla marinera y el protagonista que busca a boqueadas salir del fondo más miserable y degradado de la playa que le vio nacer. Más adelante en la historia las aventuras y vaivenes le llevarán a lugares lejanos: el Caribe, Venecia, desgracias felices y felicidades infames.
El autor, sorprendentemente olvidado, es Fernando Quiñones (1930-1998), gaditano de Chiclana de profunda cultura, gran lector, y amante e impulsor del flamenco. Una estatua y un paseo lo conmemoran en Cádiz. Sin embargo, aunque doy por hecho que muchos de ustedes le conocen bien, quedé sorprendido al descubrir que amigos y conocidos mejores lectores que yo, y con cultura más vasta, tampoco conocían a este gran escritor. Y no digo "gran" sólo por mi criterio. Nada menos que Jorge Luis Borges lo consideraba uno de los mejores escritores en lengua castellana que había leído. Se hicieron amigos, se carteaban y en una de las visitas del escritor argentino a España, Quiñones fue su acompañante y amigo de conversaciones.
Nada más hojear las primeras páginas, el libro sigue llamando y obligando a leer. Otorga esa sensación que todo lector desea, la avidez, el deseo de saber qué ocurre en la siguiente página. Es evidente que Quiñones es un escritor que se interesa por cómo funciona el mundo: las gentes, las máquinas, una calle, los aparejos de un barco, las mareas, la textura de una roca, lo ha molido todo, fundido y modelado de nuevo para el disfrute del lector. Es un libro cocinado para que se pueda leer de una sentada y que al mismo tiempo sea nutritivo y rico en sutilezas.
No lo dejen pasar, reléanlo o descúbranlo. Gracias a "La canción del pirata", Fernando Quiñones vuelve a navegar con ustedes.