En este video de J.L. Cava se refleja una visión de un futuro, supuestamente no demasiado lejano, que paulatinamente va ganando adeptos. Con todos mis respetos al señor Cava, quien, por otro lado, considero buen profesional en lo suyo, discrepo totalmente de sus previsiones.
Según este discurso, nos dirigimos a un futuro distópico que es una especie de reedición del mundo soviético, pero con sistemas de control de última generación. Afirma que:
- Tendremos un gobierno mundial.
- Los medios de producción serán estatales.
- Los bienes de consumo serán suministrados a la población por el Estado, al igual que los servicios.
- No habrá propiedad privada ni libertad.
- Tendremos una renta básica universal.
- Habrá un sistema de crédito social, como el que apunta China, gracias a las nuevas monedas digitales.
- Dispondremos de sanidad universal, gratuita y de calidad.
- Todo ello tiene como objetivo que la élite global se perpetúe en el poder.
Parece ser que, por alguna mágica razón que no acabo de discernir, las élites que controlan el capitalismo global, repentinamente, y sin mayor explicación, han decidido hacerse más intervencionistas en lo económico que en cualquier época que hayamos conocido, con el objetivo de mantenerse en el poder. Es decir, tienen un plan extremadamente difícil de llevar a cabo para conseguir lo que ya tienen. Me encantaría conocer cuál es exactamente la amenaza que estas clases sociales pudieran percibir. Realmente, sería difícil encontrar alguna otra época en la cual el gran capital, y su influencia política, hayan estado menos cuestionados que en la actualidad. ¿Acaso hay alguna ideología revolucionaria que los amenace? ¿Existe alguna potencia anticapitalista que plantee un modelo alternativo y que tenga alguna oportunidad de imponerse? ¿Necesitarían los dueños del sistema desmantelarlo y crear otro distinto con el mero objetivo de volver al punto de partida? ¿Qué sentido tendría todo esto?
Hablan de gobierno mundial, mientras todas las instituciones supranacionales son un completo desastre, fracasan proyectos como la UE, vuelve el nacionalismo más clásico, se rescatan los viejos imperialismos regionales y el mundo multipolar es cada vez más real.
Una estatalización de los medios de producción, de los servicios y del suministro de bienes de consumo, mientras el capitalismo de libre mercado es la nueva religión triunfante y no tiene ningún rival ideológico mínimamente efectivo.
Renta básica universal y sanidad pública de gran calidad, mientras que el estado del bienestar se desmantela para ser sustituido por un estado asistencial, esto es, sustituir los servicios públicos por una especie de caridad para quienes sean expulsados del mercado.
Nuevos sistemas de control social gracias a las nuevas tecnologías financieras y a un sistema social de crédito para que las personas que vayan contra el sistema sean “fácilmente penalizadas”, mientras que el poder ya dispone de incontables y efectivas formas de castigo, que las hace innecesarias.
En definitiva, un nuevo pacto social, en el cual las élites nos sobornan a cambio de nuestro consentimiento, mientras que actualmente ya tienen nuestro consentimiento a cambio de nada.
Acaba el video con una cita del Quijote, que si la reproducimos completa, queda así:
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!
Mucho me temo que, en el mundo hacia donde creo nos dirigimos, no será nuestro mayor problema que nos regalen el pan y a cambio debamos obediencia; más bien no tendremos pan, pero seremos libres para mendigarlo donde deseemos.