Lo dice el Art. 128.2 de la Constitución Española, y el sentido común.
Durante décadas, las españolas y españoles, hemos reconstruido y levantado una economía y tejido empresarial envidiable. Creamos grandes empresas públicas como ENDESA (energía), RENFE (transporte) o SEAT (automoción) para procurarnos los servicios esenciales. También otras más pequeñas, regionales y locales, como las empresas municipales de agua, basuras, transportes, etc., todo ello con el fin de que nuestros esfuerzos y sacrificios colectivos revertieran en el bienestar general. Con ello - y otros elementos indispensables como la educación, la sanidad, las infraestructuras... - sentamos los cimientos de una gran potencia económica, y entonces la iniciativa privada pudo comenzar a desarrollarse con seguridad y optimismo. Llegaron multinacionales, surgieron grandes y pequeñas empresas, también el trabajo autónomo, y la riqueza de los españoles siguió creciendo.
Pero hay un problema: esta riqueza ha sido saqueada. Se malvendieron las empresas públicas esenciales para la protección de los españoles, la corrupción y la ineficiencia en la gestión de la cosa pública por parte de los políticos, sangró nuestras arcas. E incluso rescatamos a los irresponsables y usureros bancos con enormes sacrificios mientras qué ¿quién rescató a los españoles?. De ahí la siguiente pregunta:
¿Quién rescatará a los españoles?
El actual Gobierno puede pasar a la historia como la élite que asfixió a los españoles, negándoles el oxígeno que es de ellos, o el gobierno de 46 millones españoles que puso a disposición de estos la riqueza del país para salvarlos.
Es muy probable que las medidas extraordinarias por el coronavirus se alargue mucho más allá de los catorce días anunciados. Y sea cuando sea que volvamos a la "normalidad" nos encontraremos una economía nacional y mundial en shock. Habrá desempleo, quiebras, desahucios - ¿quién confía en las buenas intenciones de los bancos? -, desabastecimiento, más enfermos derivados de la precariedad, y así, una larga lista de efectos que recaerán principalmente sobre los de siempre: el pueblo.
Los millonarios que a lo largo de estas décadas se han llenado sus bolsillos, tan solo sufrirán porque sus negocios no son tan rentables. Son los que ahora dicen cosas tales como:
- Todos al paro o de ERTE, aunque cuando emprendieron lo hicieron asumiendo un riesgo, se enriquecieron a base del trabajo de sus empleados. Pero la solidaridad no va con ellos (generalizando, aunque hay casos excepcionales como todo en la vida).
- Nada de congelar el pago de hipotecas, recibos de la luz, o incluso la lista esencial de la compra y la farmacia. Eso es lo que dicen los de los beneficios de miles y decenas de miles de millones de euros. Los que fueron rescatados por los españoles. Los que nos saquearon las empresas públicas. Los que nos saquean hasta nuestros días con precios y condiciones propios de la usura.
Personalmente, espero con ansias que llegue el Consejo de Ministros del próximo 17 de marzo y sea un día histórico para nuestro país, porque este Gobierno tome la decisión de usar la riqueza de los españoles para protegerlos, y lo que es más importante: brindarles un futuro de estabilidad, igualdad y prosperidad. Sino, preparémonos para sufrir...o para luchar.